4ever Yours (44) The moment I met you.

Llovía. Llovía como ninguna de las dos había visto nunca. El vuelo había sido tranquilo, aunque cada uno de los siete amigos había realizado el trayecto inmerso en sus propios pensamientos.

-Guys see ya in a little while- Liam se despedía de sus compañeros, todos tenían que ir a ver a Simon, salvo él, que había conseguido escaparse para ver el nuevo piso con Demi.

- ¿Tú también tienes que ir?- le preguntó Marina a Zayn, esperando que su respuesta fuera diferente a la que ella sabía que le daría.

-Yeah babe… pero tú ve con Diam a ver su nuevo piso, luego nos veremos allí- el chico la obsequió con un beso y todos se despidieron.

-Como llueve… espero que no empiece a tronar, es algo superior a mí…-.

-Summer storms…-.

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Íbamos de camino al centro de Londres, me moría por ver el piso que Liam había imaginado como “nuestro hogar”, me parecía extremadamente romántico que hubiera tenido un detalle como aquel; estábamos empezando a construir una familia en una ciudad que siempre quise conocer.

A mi lado, miré a Marina, seguía rara. No había mostrado ninguna reacción con respecto al tema de mi boda, y no sabía cómo tomarme eso; además se había comportado de un modo poco normal en ella.

-¿Ocurre algo?- pregunté por fin. Liam giró la cabeza en nuestra dirección olvidándose por completo de la ventanilla del taxi.

-¿Qué?- parecía que también había distraído a Marina de sus divagaciones.

-Dos céntimos por tus pensamientos- le sonreí- No me has dicho nada sobre la boda, parecías preocupada por otra cosa…-.

-Oh, eso…olvídalo- algo estaba ocultando, lo notaba, pero no quería presionarla. Era raro ocultarnos cosas entre nosotras así que pensé que tendría sus razones- Me alegro por vosotros, en serio-.

-¿Nada más?-.

-Nada más… ya sabes que yo en tu lugar diría que es demasiado precipitado, que quiero vivir mi vida y luego me iría de fiesta para olvidarme de todo… pero en vuestro caso es lo mejor que podéis hacer, no hay más que veros juntos- Liam y yo sonreímos, pese al tono agridulce de mi amiga.

Liam recibió una llamada de teléfono, por lo que dejó de prestarnos atención unos momentos.

-¿Y qué tal con Zayn? Me parece mentira que hayas aceptado su petición de venir simplemente diciendo sí, ¿Ningún pero? Es raro…aunque personalmente me alegro, se os ve genial juntos, me has ahorrado trabajo como mano derecha de Zayn en su labor de convencerte…-.

-Vaya, gracias…- sonrió- pero no va a ser tan fácil, espera a que se entere mi  madre, o a que a Zayn le entre la vena Liam… voy a tener que esforzarme para no salir corriendo de aquí- el tono que usaba ya era más jovial, lo que relajó el ambiente- ni siquiera tengo ropa o sitio en el que…-.

-No te preocupes por todo eso ahora- la corté- has hecho lo correcto-.

-Honey- Liam ya había colgado la llamada e intentaba decirme algo- te he conseguido cita con la mejor ginecóloga que he sido capaz de encontrar, dentro de un par de días-.

-Genial, golpéame en la cara con la realidad…-.

-Es lo que toca mami- me sonrió y pasó su mano por delante de Marina hasta llegar a la mía.

-¿Y la boda? ¿Cuándo será?- preguntó la chica.

-Todavía no lo sabemos, pero pronto- le respondió él.

-La fecha con la que siempre he soñado es el 12 de octubre, ¡Pero no quiero estar gorda en mi boda! Así que no sé…-.

-¿Con cuatro meses? No creo que se te llegue a notar todavía…-.

-¿El 12? Falta poco tiempo pero podría…-.

-Por cierto Marina- corté a Liam como si se tratara de un mero figurante en todo este tema- me gustaría que fueras mi Dama de honor, si no es molestia…-.

-¿Molestia? ¡Pues claro que no tonta! Será genial ya lo verás… ya estoy viendo que despedida de soltera nos vamos a pegar…-.

-Mucho cuidado con eso- intervino Liam- pensaba pedirle a Zayn que fuera mi Best man, y si os ponéis a competir pueden rodar cabezas…-.

-Pues que rueden, que rueden…- Marina rió cómplicemente, a lo que me uní pensando en el panorama- ¿Y con el trabajo que vas a hacer?-.

-Vaya, no lo había pensado, en teoría Andy tiene que llamarme…-.

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En la puerta del edificio nos esperaba para enseñarnos el piso una mujer sonriente, relativamente joven vestida con traje chaqueta muy profesionalmente, que nos abrió el portal comentándonos las calidades del piso.

Subimos en el ascensor hasta la primera planta y entramos a la casa. La primera impresión fue eso, impresionante.

-Todos son primeras calidades, y el piso se encuentra en su mayoría amueblado-.

El comedor era enorme, y daba a una espaciosa terraza en la que ya me imaginaba comiendo bajo el sol del domingo.

-Cuenta con cuatro habitaciones, dos cuartos de baño, la cocina, el comedor y la terraza como habéis visto, una salita, y el cuarto de la lavadora-.

-Podríamos usar una de las habitaciones para cuando recibamos a tu familia, o algún invitado-.

-Y podemos usar la salita como sitio de ensayo, o podría ser el playroom para el bebé- le respondí a Liam.

-¿Estáis esperando un bebé?- se interesó la chica de la inmobiliaria- ¡Enhorabuena! ¿Desde cuándo os conocéis?-.

-Fue una semanita muy entretenida- dijo una sonriente Marina que se asomaba por una ventana observando las lluviosas vistas.

-Desde luego que lo fue…- miré a los ojos a Liam como muchas otras veces había hecho, completamente enamorada.

Entre Airin y yo habíamos convencido a Marina, que a regañadientes accedió a venir ya que no era demasiado fan de estos sitios, y a Mpi, que encontró un hueco en su siempre apretada agenda universitaria, para que nos acompañaran al parque acuático; teníamos que celebrar muchas cosas, entre ellas la llegada del verano, y que por fin había conseguido las prácticas que tanto quería en la revista de moda.

El sitio era enorme, y ya a principios de junio estaba repleto de turistas en bañador. Nos habíamos instalado cómodamente cerca de la playa de olas, con sombrillas a nuestro alrededor y unas cómodas tumbonas que nos permitían relajarnos, al menos a las que queríamos hacerlo.

-¡Yo quiero tirarme por el black hole!- se quejaba Airin desde hacía un rato.

-Pues yo quiero relajarme tranquilamente y tomarme algo…- le replicaba Marina.

-Chicas, da tiempo a todo…- comentó Mpi con una sonrisa de oreja a oreja- Airin, si quieres te acompaño al black hole y nos tiramos unas cuantas veces, deja a estas aburridas que se tuesten al sol- Airin asintió cómplice.

-Ojalá pudiera tostarme…yo mejor voy a ir a ver si consigo algo de beber… ¿Quieres algo?- dije una vez Airin y Mpi se habían marchado.

-Sí…sorpréndeme. Bueno, no me sorprendas mucho, algo que tenga alcohol-.

-¿Alcohol? ¿Tu? ¿Marina? No puedo creerlo- mi ironía era perceptible; Marina bajó sus gafas de sol para dejar patente su postura con una mirada fulminante, aunque la sonrisa de sus labios le quitaba eficacia a la mirada.

-Vete- fue lo único que sus labios lograron pronunciar.

Con solo mi bikini, unas gafas de sol, y mi monedero, me encaminé al chiringuito.

De verdad el sitio estaba a rebosar, y mirara dónde mirase, encontraba algo interesante.  Llegué al bar sonriente, no había demasiada gente esperando a ser atendida por lo que no tardé en pedir una piña colada para Marina y té helado para mí.

Algo malo pasó a continuación, o quizá lo mejor de mi vida. Al coger las bebidas y girarme dirección tumbonas, resbalé, y aunque mi cuerpo quedó teñido y mojado, no llegué a tocar el suelo.

-¡Lo siento! Yo, no es…- me incorporé y miré a mi salvador a los ojos, yo conocía esos ojos. Quedé silenciada sin saber que decir, paralizada ante su mirada y su media sonrisa- I mean, I’m sorry, I’m not…-.

-Your name?-.

-My name? My name… Demi!, I’m Demi and… I’m late, I should go and… thanks, bye, I… bye- salí corriendo de allí entre avergonzada e incrédula. ¿Cuántas posibilidades en el planeta tierra habían de tropezarse delante de Liam Payne? ¿Y de que él me salvara de la caída?

Fui a los servicios dónde pude limpiarme, y analizar mejor la situación, aunque no llegué a ningún punto en claro, yo solo quería gritar, pero tras llegar a la calma, decidí salir de allí dando un paseo y contarle a Marina lo sucedido. Seguro que ella jamás creería lo que…

-Jamás creerás lo que…- vale, era yo la que no podía creerlo.

-¡Mira a quién me he encontrado! ¿No es increíble?- Marina, junto a Louis Tomlinson y Liam Payne, mirándome. De nuevo, ¿Cuántas posibilidades había de aquello? ¿Desde cuándo mi vida era surrealista?

-Demi!- perfecto, Liam Payne recordaba mi nombre…

-¡¿Ya os conocéis?!-.

Entre Liam y yo de nuevo surgió una conexión. Dejando a un lado las caras de asombro de nuestros amigos, nuestras miradas se cruzaron y hablaron por si solas. Una sonrisa se dibujó en nuestros labios con la sola idea.

-Esta habitación es la más cercana a la de matrimonio, y está bien ventilada, podría ser la del bebé-.

-Iremos a IKEA la semana que viene, mejor que mis padres no vean una cuna antes de decirles nada- Liam tenía razón, aunque su comentario estaba hecho muy a la ligera- Y Marina… Qué te parece la habitación de al lado, ¿Te la quedas?-.

-¿Para mí?- la chica echó otro vistazo a la estancia- ¿En serio?-.

-¿No he sido lo suficientemente claro?- rió el chico.

-Vaya Liam… ¡Gracias, muchas gracias! ¡Claro que me la quedo, es perfecta! Sois…- Y como si de un milagro que nunca pudiera haber sucedido se tratara, Marina abrazó a Liam, y tras esa sorpresa, también me abrazó a mí.

-Será mejor que llames a tus padres y les digas algo…- le dije riendo, extremadamente divertida.

-¡Mierda! ¿No puedo dejarlo para luego?- Liam y yo la miramos, como si ya fuéramos padres de una adolescente- Bueno, vale, tarde o temprano voy a tener que hacerlo…-.

-Bueno, entonces, ¿Os lo quedáis?- miré a Liam, y él se encargó de mover la cabeza afirmativamente. La chica le entregó varias copias de las llaves y le comentó algo sobre lo de ir a firmar unos papeles a la oficina mañana a primera hora. Después se marchó dejándonos solos en… en nuestro hogar.

-¿Quieres las llaves?- Liam alzó una de las copias que tenía por encima de su cabeza, sonaba familiar.

-Claro…- me acerqué a él y fui subiendo mi brazo hasta las llaves al tiempo que lo besaba: no pudo resistirse.

-Has podido esta vez- mi chico me guiño un ojo de una manera muy íntima, recordando un hecho que solo nosotros dos vivimos.

-La otra vez tampoco resultó mal…-.

Tras la muy increíble situación acontecida unos días atrás, los cuatro nos habíamos seguido viendo. Marina y Louis ya parecían muy amigos, mientras que entre Liam y yo había surgido la complicidad, minuto a  minuto nos acercábamos más el uno al otro.

-Me lo llevo a urgencias, a ver si pueden hacer algo por él; erizos, medusas… ¿En serio Louis? ¿En serio?-.

Marina se llevaba a Louis de la playa dejándome a solas con Liam... que oportuno; pensaba matarla en cuanto volviera a tenerla frente a mí.

-¿Te apetece un baño?- me preguntó Liam casi pidiendo una respuesta afirmativa.

-Yo… mejor me quedo aquí tomando el sol y escuchando algo de música; diviértete- aún me daba demasiada vergüenza mantener conversaciones con él a solas por miedo a que se notara demasiado que me gustaba, así que preferí ponerme las gafas de sol y acostarme en la toalla.

-C’mon Demi…hello? Anybody’s here? Demi?- Liam empezó a golpearme el hombro insistiendo desde la arena en su petición. Le sonreí y le pedí con un gesto de la mano que se marchara, aunque en realidad lo que quería era mantenerlo a mi lado.

Por un momento creí que se había ido, pero nada más lejos de la realidad. Se las apañó para ponerse encima de mí y empezar a hacerme cosquillas.

-Liam! Don’t! Please…- no podía parar de reír, había encontrado todos mis puntos débiles.

-Come with me…- canturreaba, no parecía el chico tímido por el que siempre lo había tomado, al menos no conmigo.

-Liam…- entre las risas de ambos, me quitó las gafas y se levantó- ¡No, Liam! Dame las gafas-.

-Ven a cogerlas- las alzó por encima de su cabeza, y como la persona cabezota que soy, no tardé en levantarme e intentar alcanzar mis gafas.

-Liam!- intentaba parecer enfadada, pero jamás funcionaria si lo intentaba con una sonrisa tan grande como la que el chico había conseguido dibujarme entre las comisuras.

Salté y salté pero no hubo manera.

-¿Vas a venir ahora conmigo, Demetria?-.

-Don’t call me that! I hate that name!-.

-Ya sé cómo llamarte si me enfado contigo…- era como para matarlo.

-Y bueno, ¿Por qué quieres que vaya contigo?- el chico se centró en la pregunta y bajó un poco el brazo. Lo aproveché para saltar una última vez; alcancé a tocar las gafas, pero no las cogí, y cuando toqué el suelo, no apoyé debidamente y me caí.

Liam soltó las gafas y al segundo me tenía entre sus brazos, evitando que ni un centímetro de mi cuerpo tocara la dorada arena.

-¿Es una costumbre tuya eso de caerte?-.

-Pues…- ni siquiera me tomé la molestia de incorporarme, estar en sus brazos era demasiado perfecto- Solo si tú estás para cogerme-.

Tras unos segundos perdida en sus ojos, reaccioné y recogí las gafas del suelo. Cuando me incorporé, Liam había colocado sus brazos alrededor de mí y se había acercado de un modo muy tierno.

-Ahora voy a besarte… ¿Puedo?- dijo, consiguiendo sacarme de mis orbitas.

De nuevo, solo pude sonreír. Nuestros rostros se acercaron hasta que nuestros labios se tocaron. El roce de su piel acompañado por la brisa y la calidez de sus labios me hicieron querer parar el tiempo.

-Te odio- dije con mi especial manera de decir esas palabras.

-¿Me odias?- desde el primer momento, él sabía perfectamente lo que quise decir.

-Sí, te odio- sonreí y me acerqué para volver a fundirme con él en un beso perfecto.

De una de mis maletas, saqué aquella vieja foto que tenía en mi cuarto de Liam y mía que databa de aquella soleada tarde unas horas después, y que cuidaba como un tesoro, y la coloqué en el recibidor de la casa; aquel ya era nuestro hogar.

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-Tenéis razón, Blair y Serena me recuerdan a vosotras; y bueno, la serie no está tan mal…-.

-¡Te lo habíamos dicho!- Demi se acercó para abrazar a su novio, aunque estaba algo incómoda, los pechos le estaban creciendo mucho últimamente y también se encontraba algo más cansada- Nosotras ahora seremos la élite de Londres, Manhattan nos queda un poco lejos…- Marina asintió cómplice de mis palabras.

-Hablando de eso, ¿No tenías que llamar para informar de tus planes?-.

-Tienes razón- Marina se levantó del sofá dónde estaba sentada con sus amigos y se separó unos centímetros, marcó un número. Su cara no era demasiado esperanzadora, pero tenía un objetivo firme.

-¿Mamá?-.

-¡Marina! ¿Dónde estás?-.

-Estoy…en Londres- hubo una pausa al teléfono en la que ninguna dijo nada.

-¿Y qué haces en Londres? ¿Ya te ha convencido tu amiguito ese para que te vayas de aventura por ahí con él? Anda no hagas tonterías y ven a casa- dijo la interlocutora de la chica rompiendo el silencio.

-No son tonterías mamá, y no me ha convencido nadie…-¿Se lo decía a su madre o intentaba convencerse a sí misma?- Voy a quedarme aquí a vivir con Demi y su novio una temporada-.

-¡No seas tonta! ¿Estás hablando en serio? Déjate de caprichos, porque eso es un capricho Marina. ¿Qué vas a hacer tú allí?-.

-No es un capricho…- la chica empezaba a agobiarse, pero seguía firme en sus convicciones- Te llamaba para que me mandes la ropa y…-.

-¡Que te mande también un vestido para la premiere de Harry Potter! ¡La tenemos este jueves!- el novio de su amiga la rubia la hizo callar para que ella pudiera continuar con la conversación, aunque entre susurros siguieron comentando ese tema.

-Marina, no pienso costearte estos caprichos, si quieres quedarte allí, estas por tu cuenta ¿Me oyes? Yo te mando lo que quieras pero ya te digo yo que es una pérdida de dinero y una locura, no te va a salir bien-.

-¡Quieres…!- el agobio de la chica consiguió descolocarla un segundo, pero luego siguió lo más calmada que pudo- Mamá, soy mayor de edad, ¿Podrías dejar que cometa mis propias equivocaciones? Necesito que lo entiendas…-.

No hubo respuesta por parte de la madre de la chica, que al notar el silencio tubo que reprimir las ganas de llorar debidas a la impotencia.

-Bueno, está bien, Marina, yo te apoyo, solo espero que todo salga bien y no te estés equivocando…-.

Llamaron al telefonillo, algo que les extrañó a todos. Demi se levantó para contestar por primera vez mientras Marina seguía hablando.

-Chuchi, son para ti…-.

-Mamá, tengo que colgarte, te llamaré pronto, dale recuerdos a papá y a Javi, te quiero- la chica colgó y guardó el móvil, no sabía cómo sentirse, pero no era mal, de hecho, incluso pensaba que había sido demasiado fácil- ¿Payne?-.

-¿Qué?-.

-¡No, Tú no! Mi amiga- dijo girándose hacia Demi- ¿Qué dices que es para mí?-.

-Estas flores…- Demi cerró la puerta tras despedir al mensajero y le entregó las flores a Marina- ¿Zayn sabe la dirección de la casa?-.

-No- respondió Liam desde el sofá- pensaba mandársela luego-.

-Qué raro… ¿Qué pone en la tarjeta?-.

Marina buscó entre las flores hasta que encontró un pequeño papel y lo rescató. Ella sabía que Zayn podría haber sido perfectamente capaz de averiguar la dirección y montar aquel numerito, aunque no estaba del todo segura.

-“To celebrate that you’re here”- leyó la chica, ¿Quién podría ser sino Zayn?

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-It’s raining cats and dogs!- Harry se quejaba mientras entraba junto a Zayn por la puerta de la casa.

-Welcome to our home!- jovialmente, Liam daba la bienvenida al hogar de los Payne y enseñaba a sus invitados las estancias.

-Where’s my bedroom?- apuntó Niall.

-Blond, you can use our guest room whenever you want- le contestó cariñosamente la rubia.

-Y esta es la habitación del bebé, necesitaremos pintarla de otro color y comprar unas cuantas cosas, pero quedará perfecta…- Liam seguía con el tour por la casa.

-¿Qué queréis para cenar? No he salido antes a comprar por si paraba de llover, pero cada vez llueve más…-.

-¿Chino?- propuso Harry.

-Kebap?- sugirió Marina.

-Yo conozco un sitio que tiene cosas muy buenas, puedo acercarte con el coche, no creo que tardemos mucho, aunque con este tiempo…- todos se extrañaron ante el comentario de Louis, excepto Demi, que permanecía ajena a cualquier asunto.

-Pero…-.

-¡Claro!- la rubia cortó cualquier reproche y cogió del brazo a LouLou- ¡Liam! ¡Me voy a comprar la cena con Louis, no tardaremos!- la chica miró al chico que tenía cogido del brazo y le sonrió- Vámonos-.

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-Incredible! C’mon referee!- Harry se había puesto nervioso con el partido de futbol que todos veían en la tele.

-¡Falta! ¡Falta clarísima!… ¡Venga!-.

Marina aprovecharía la ocasión. Zayn parecía el más tranquilo de los cuatro y no encontraba el momento oportuno para agradecerle las flores.

-Zayn, eran preciosas, gracias- dijo sin más.

-¿El qué eran preciosas?-.

-Pues las flores, las que me has enviado esta mañana…-.

-Marina, yo no te he enviado nada; ¿Quieres que te envíe flores?-.

-¿No has sido tú? – no terminaba de creérselo.

-¿Alguien te ha enviado flores?-el chico se quedó pensando unos segundos- Oye, esto no será ninguna estrategia para que vayamos a conocer a mis padres o algo así, ¿No?-.

-¡No! ¿Cómo se te ocurre? Mejor deja ese tema tranquilo…-.

-¿Seguro que no quieres?- rió divertido ante la cara de su chica- Oye, ¿Y por qué no me has pedido venirte a vivir conmigo?-.

-Porque no Zayn…no creo que estemos en ese punto; la semana pasada estuvo bien pero… bueno, olvídalo…da igual; te quiero- la chica besó a su novio mientras pensaba; definitivamente tendría que haber elegido otro momento para preguntar, no estaba preparada para temas tan serios, además, tanto ella como él contaban con orgullos demasiado fuertes como para reconocer nada, lo mejor sería olvidar el tema.

-¿Vamos a cenar pizza?-la chica salió de su ensimismamiento.

-Niall! Demi y Louis han ido a comprar la cena hace ya un rato, ¿No lo has notado?... y no- continuó Marina cuando vio la cara que ponía el chico- no es pizza-.

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-¡Aparta eso de mí!- Las náuseas eran incontrolables en aquel sitio. En una situación completamente normal y con el hambre imperante, todos y cada uno de los productos que se vendían en la tienda le habrían parecido delicias…pero desafortunadamente no era el caso, y el compañero de la chica se divertía bastante con ello.

-C’mon Demi!- reía divertido- ¿Los prefieres fritos, revueltos, o con Bacón?-.

-¡No me tientes Tomlinson, estamos muy cerca de los congelados y puedo hacerte mucho daño… y además ¡Yo quiero tacos!-.

-OK, ok, Tacos will be-.

Después de la batalla, fueron a pagar a la caja. Estaba vacía, con tanta lluvia nadie se había atrevido a salir de casa.

-¡Espera LouLou! He olvidado el helado de chocolate, y no se puede olvidar el helado de chocolate, ahora vengo, no pagues todavía-.

-Qué pareja tan encantadora…- le dijo a Louis la encargada de la caja cuando la rubia se había ido en busca del helado.

-¿En serio?-.

¡Sí! Se nota que os queréis mucho-.

-Vaya…- el chico no daba crédito, no era posible que le dijeran aquello, era peor que la tortura- Verá es que nosotros no…-.

-¡Aquí lo traigo!- Demi cortó la conversación trayendo dos terrinas de helado por delante de ella.

Los chicos pagaron la cuenta y se dispusieron a salir cuando, justo en la puerta un estruendoso rayo hizo que Demi se sobresaltara y tirara todas las bolsas para abrazarse a Louis con toda la fuerza de la que fue capaz de reunir.

-¿Estás bien?-.

-Me asustan un poco…-.

-Tranquila, no pasa nada… ¿Quieres que traiga el coche hasta la puerta?-.

-¡No! Es divertido correr bajo la lluvia… ¡A ver quien llega antes al coche!- la chica echó a correr con las bolsas y casi se perdió de vista; por suerte, el corría más rápido y se pudo asegurar de que llegaran sanos, salvos y no muy mojados al interior del coche.

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-¡Por fin! ¿Qué os ha pasado? La llamada se cortó…Ven al cuarto a cambiarte, mis padres están en el comedor- Liam nos recibió al otro lado de la puerta.

Miré una última vez a Louis antes de que entrara al baño a secarse un poco mientras yo acompañaba a Liam a nuestro cuarto para cambiarme la ropa mojada. Antes de entrar, pude ver como Marina nos miraba algo preocupada y confusa.

Me senté en la cama mirando a ninguna parte, y fue Liam el que sacó un par de prendas y me las ofreció. Las dejé en la cama y le di un abrazo, un abrazo que necesitaba darle antes de enfrentarme a una casa llena de personas fijándose en mí.

-Abrígate bien, vas empapada y no necesitas una neumonía ahora mismo-.

-Está lloviendo a mares ahí fuera…- fue lo primero que dije desde hacía al menos un cuarto de hora.

-No te preocupes, le he dicho a Harry que haga la cena, ahora solo tenemos que salir ahí y… ser nosotros mismos-.

Lo cogí cariñosamente de la mano dispuesta a enfrentarme a la habitación, no sería más intenso que lo que acababa de pasarme; aún me sentía confusa con respecto a esa parte.

-Perfecto…no hay prisa-.

El coche se les había parado en medio de una carretera, o mejor dicho, de un camino embarrado que hacía las veces de atajo según Louis.

-¡Por fin!- Liam la estaba llamando- ¡Cielo! ¡Escucha! Nos hemos quedado atr…- al otro lado de la línea no la dejaron continuar-.

-Sweetheart, mis padres se han adelantado y están a punto de llegar, ¿Te falta mucho?-.

-¿Qué tus… ¿¡Qué!?- no se lo creía, desde luego tenía el don de la oportunidad- Liam escucha, nos hemos quedado atr… ¿Liam? ¿Hola?... ¡Mierda! No hay cobertura…-.

-No te preocupes…-.

-¿¡Que no me preocupe!? ¿Tienes algún poder oculto o algo así que nos consiga sacar de este agujero de barro en el que nos hemos metido? Estoy harta…me voy-.

-¡No! Demi , es peligroso, no salgas del coche- las palabras del chico llegaban tarde, ella ya había abierto la puerta y había salido bajo la intensa lluvia.

-¡Demi vuelve aquí! ¡Entra en el coche!-.

-Olvídalo-.

-¡Esto es ridículo!-.

-¿Ridículo? ¡Llego tarde a decirles a mis suegros que estoy embarazada de su hijo y que me voy a casar con él, y para colmo del agobio, Marina está rara, Harry esta raro, y tú estás raro! No sé qué he hecho, pero no estoy precisamente en condiciones de relajarme en un coche, no cuento con la mejor de las situaciones, me voy a…- Louis alcanzó a la chica y la hizo frenar en seco.

-No te preocupes, no has hecho nada, todo eso es culpa mía y prometo explicártelo, ahora por favor, vuelve al coche, no hagas que me preocupe más…-.

-¡Louis! ¡Estoy harta de acertijos! ¿Culpa tuya? ¡Marina es mi mejor amiga! Y ella no me ha contado nada de lo que pasa, pero yo se que pasa algo, también es culpa suya, ¿Cuál es la diferencia?-.

-¿La diferencia?- ahora los dos hablaban demasiado alto, aunque solo estaban ellos en varios kilómetros a la redonda- La diferencia es que yo te quiero-.

-… ¿Qué?-.

-Que me gusta tu forma de caminar, como hablas conmigo, la forma en que se me mete tu perfume bajo la piel cada vez que me abrazas… ¡Y no sé cómo manejarlo! Supongo que esto tiene que significar algo-.

-Ya, muy convincente Louis, si lo que quieres es que me meta en el coche…-.

Solo se oía la lluvia, el beso que Louis se atrevió a darle a Demi lo había silenciado todo menos la lluvia.