lunes, 22 de octubre de 2012

4ever Yours (69) The pumpkin hour.



Ambos nos quedamos sin palabras durante milésimas de segundos que parecieron sexenios. Intenté avanzar paulatinamente con la mirada hacia el lugar que más dolor supondría. Tras esa eternidad nuestras miradas por fin se cruzaron. Sentimientos encontrados, pena y rabia se abrazaron en un tornado en mi interior, tornado que se liberaría tarde o temprano.
Por su parte, apartó la vista rápidamente, parecía claro que en su lucha de sentimientos, la rabia había ganado, lo que dio paso a mis sollozos. Traté de ser lo más silenciosa posible, sabía que llorar no ayudaría en aquel caso, de hecho, Zayn se pone histérico cuando alguien llora a su alrededor sin motivo aparente.
-Lo siento.
-Creo recordar que ya lo has dicho.
-¿Podemos sentarnos a hablar por lo menos?
-No me pienso pasar toda la noche de pie, eso lo tengo claro. Ni con esta mierda- se quejó tirando bruscamente de las muñecas de ambos.
Ambos nos sentamos en el portal de la casa Diam, yo con la esperanza de que Finn no tardara demasiado y produjera una solución adecuada para terminar con nuestro malestar, su sola presencia ayudaría ya que ambos nos encontrábamos muy incómodos.
-Entiendo que estés enfadado Zayn, pero no me has dado ni la oportunidad de explicarme.
Él suspiró.
-Tengo la sensación de que escucharte solo me haría más daño.
-Hubo sexo pero no hay sentimientos, Zayn. Eso es todo.- Esa era la verdad; más o menos doloroso, eso fue lo que pasó y la frase que lo resumía todo.
Él se quedó callado, sin moverse, casi dejó de respirar. Le miré largamente intentado que transmitiese con palabras lo que sentía, porque yo misma podía verlo, pero necesitaba oír su voz y que me calmara con ella. Veía que no estaba enfadado y que estaba haciendo un gran esfuerzo por aparentarlo pero para aquel punto ya estaba algo cansado de fingir.
-Me sentí tan traicionado…
-Y yo tan traidora- sonreí con la intención de apoyarle, quería que siguiera hablando pero la sonrisa no fue correspondida y la sombra de tristeza no abandonó su mirada.
-Sé que no lo sentías, pero pasó y es el hecho en sí lo que no puedo quitarme de la cabeza, las circunstancias me dan igual.
-¿Así que por un error he de arrepentirme la vida entera, Zayn?
-¿Qué quieres decir?
-Mi vida eras tú, y te he perdido por una tonta confusión.

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A pesar de la temprana hora,  la fiesta se extendía inagotable y prometía una resaca importante en gran parte del barrio londinense en el que vivía Diam. La pareja estaba agotada, pero puesto que habían permitido que su casa acogiera aquel evento terrorífico, debían aguantar hasta el final. Además Niall se había encargado personalmente de acabar con las reservas de caramelos que la pareja había reservado para los niños vecinos, por lo que su enternecedor pasatiempo se vio destruido.
-¡Me parece increíble que te los hayas comido!- La rubia estalló en rabia mientras comprobaba todas las reservas de caramelos en los rincones más recónditos de la cocina.
-Pensé que eran parte de la fiesta, Demi, lo siento- Niall retrocedía alejándose de la furia rubia.
-¡Claaaaaro! ¡Por eso estaban en un tarro que ponía Sweets for the kids ¡¿Verdad?!
-No me di cuenta, de verdad.
-¿Y ahora qué se supone que vamos a hacer?
-Puedo ir a por más- se ofreció Niall.
De repente apareció el James Dean menos rebelde de la historia por la puerta, Liam entró silbando y cargado con varias bandejas que se habían vaciado. Les dedicó una reluciente sonrisa a ambos mientras depositaba las bandejas en el lavavajillas, aunque borró enseguida la expresión feliz de su rostro.
-What’s wrong?- preguntó confundido ante la expresión furiosa de Demi y el rostro asustado de Niall.
-Niall finished all the candies for the kids.
-No!- se sorprendió James Dean.
-Yes…
-I’m sorry guys.-Repitió Niall.
-Ok, don’t worry- los tranquilizó Liam- It’s 4 am, I don’t think a lot of kids would come now… It’s really late.
-Yeah, true, sorry Niall. I just panicked a bit.
-No problem, Blondie.
-Ok- dio una palmada Liam- don’t stop the party then.
Y al parecer dos sujetos se tomaron muy en serio aquellas últimas palabras del chico. Louis y Colton aparecieron en la cocina cogidos de los hombros y cantando a pleno pulmón.
-I’M GONNA LIVE MY LIFEEEEEEEEEEE NOT MATTER WHAT WE PARTY TONIGHT!!
-Los que faltaban.- Bromeó Demi.
-Heyyyy, Blondie!!- Louis agarró a la chica y la atrajo hacia ellos, quedando así los tres enganchados por los hombros.- Great party, Blondie, great great party.
-Yeah , yeah- añadió Colton- as always. But man, we are running out of vodka here- terminó el ebrio monumento señalando con el pulgar a su espalda, salon-direction.
-And we are running out of candies…- murmuró Niall.
-We DID run out of candies!- respondió la blondie arrastrando mucho las palabras.
-Honey, please…- susurró Liam dedicándole una sonrisa tranquilizadora.
-They are so sweet- dijo Louis con voz empalagosa mirando a la pareja- aren’t they sweet?- se dirigió a Colton, quedando sus narices prácticamente siamesas.
-Oh yes, very sweet.- Colton se alejó de tanto contacto masculino. -But seriously guys… we need more drinks.
Liam miró con desaprobación el comportamiento de sus invitados, no estaba del todo seguro de revelarles el paradero del resto de bebidas, pero su mirada le traicionó y desveló el escondite de los alcohólicos brebajes.
-Freezer, of course!- Afirmó Louis.
La pareja  Lolton se dirigió a la nevera y comenzaron a inspeccionar su contenido.
-Mm, don’t feel like, don’t feel like, don’t feel like- descartaron botellas hasta dar con una que les pareció bastante bien.
-Moët Chandon! Oh la la!- se animó Colton arrebatando la botella de manos de Louis.
-No, Colton, that was not for the party.- Les reprendió el dueño de la casa mientras veía como Colton masticaba literalmente el tapón con la intención de hacerlo desaparecer.
-Oh c’mon! No, mate, it was a gift from my parents- Liam se acercó lentamente con la intención de arrebatarle la botella. Colton por su parte seguía dedicando todos sus esfuerzos en cuerpo y algo de alma, la parte que quedaba sobria, al endiablado tapón.
-Liam, stop messing around, dude- se quejó Louis.
-Messing around? I think you have drunk enough, Louis- Niall se declaró opositor al regimen Lolton y fiel partidario del reinado de Diam.
-Oh can someone ban Niall’s entrance to this kitchen?- Louis aprovechó la traición previa del rubio para exigir una nueva ley en contra de la presencia del mismo en el reino.
-Shut up, Louis, he’s totally right- declaró la reina del territorio.
Mientras tanto, Liam y Colton seguían con la pelea, Liam intentaba arrebatarle la botella a Colton, quien a su vez solo intentaba arrebatar el tapón a la botella.
El resultado fue una clara victoria de los opositores, Colton consiguió su propósito, destapó el corcho con tan mala suerte que le saltó a Liam en la cara, dándole un sonoro golpe en la frente que lo dejó incapaz de seguir con la batalla. El silencio se extendió  por todo el reino, Demi ahogó un grito mientras veía cómo su marido se desplomaba.
-Voilà!- sonrió Colton buscando la aprobación de Louis, pero la mirada de Louis iba más allá de su compañero rebelde, se quedó petrificado mirando el cuerpo inconsciente de Liam, Colton le imitó y por fin entendió la situación- Ostiaaaaa…- dejó caer la botella haciendo añicos el cristal y derramando todo el champagne para llevarse las manos a la cabeza.
-¡¿PERO QUÉ HAS HECHO ANIMAL?!- Demi corrió junto a Liam.
-Colton es hora de irse a la cama- susurró Niall tomando al chico por los hombros y sacándolo de la sala. A pesar de su corpulencia, Colton se dejó arrastras por el pequeño leprechaun, aún sin ser muy consciente de que estaba ocurriendo.

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A pesar de la media hora de charla, Zayn no había pronunciado ni un tercio de las palabras que se dijeron en aquella conversación y se limitó a escuchar a la chica. Finalmente, ella también se rindió y dejó de llorar.
-Siento todo esto- dijo Zayn tras varios minutos de incómodo silencio.
-No es culpa tuya- dijo sorprendida ante aquella inesperada disculpa, miró las esposas- supongo que los trucos de Diam no siempre funcionan…
-No me refería a…
-¡Ey, pareja!- saludó una nueva voz.
-Hola Finn.- Respondió Marina algo más aliviada.
-¿Molesto?- preguntó algo divertido y pícaro.
-No, no tranquilo- la chica se levantó de golpe de las escaleras, obligando a Zayn a levantar el brazo, finalmente él también optó por la opción de alzarse, carraspeó.
-¿Qué os han hecho?- bromeó mirando el erótico juguete que unía a la pareja.
Ninguno de los dos encontró ninguna explicación convincente, así que solo pudieron mirar a Finn mientras se disculpaban con la mirada.
-Entonces ¿cómo se supone que vamos a organizar esto?
-Supongo que no conocerás a un cerrajero que trabaje las 24 horas ¿verdad?
-Bueno chicos, esto es Londres y Londres no duerme, no será muy difícil. Vamos.
Todos montaron en el impecable BMV del gemelo bueno y comenzaron una búsqueda por la selva más salvaje de la civilización más culta. En cualquier caso, o bien porque la suerte no estaba de su lado o bien porque Finn no tenía muy claro por dónde debía moverse, las cerrajerías parecían brillar por su ausencia en la nocturnidad de Londres.
-¿Y cómo ha ido la fiesta, chicos?- preguntó Finn que parecía querer entablar una conversación ante la incomodidad del momento. Obtuvo como respuesta una punzante mirada de Zayn- aparte de lo obvio claro,- miró las esposas por el espejo retrovisor- ¿estuvo bien? ¿buen ambiente y eso?
-Sí, la verdad es que todo el mundo estaba disfrutando- sonrió Marina vagamente.
-Siempre me he preguntado cómo son las fiestas que montan los superfamosos.
-A la próxima podrías venirte, Finn.
-Wow! Me encantaría.
-Puedes decírselo a Jack también.
-Ni de coña, prefiero que se muera de envidia.
-Menudo mal hermano… si yo fuera Jack…
-¡Para aquí!- les interrumpió Zayn.
Finn dio un frenazo sobresaltado.
-¿Has visto alguna cerrajería?
-Sí creo que sí, déjanos aquí mismo.
-Muy bien pareja, busco aparcamiento y nos vemos aquí en…
-No- añadió Zayn- no te preocupes Finn, ya has hecho bastante, vete a casa.
-¿Cómo?- se sorprendió.
-Pero si le he hecho venir a propósito para que me recogiera, Zayn.
-Luego la acompañaré yo.
Se produjo un duelo de miradas entre Finn y Zayn que finalmente acabó con un claro ejemplo de tratado de paz, Marina los miró confundida ¿qué escondía aquel comportamiento?

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Por fin alcanzamos la salida de la autopista que rezaba: WOLVERHAMPTON. Me resultaba tan familiar, tan casero. Suspiré, por fin de vuelta. Cambié a las cortas conforme reducía de marcha para encarar la carretera que nos llevaría a casa por fin. Ambos se habían quedado dormidos y no era para menos. Habíamos llegado a Londres el día anterior después de unos días en Disneyland y apenas nos había dado tiempo a descansar y organizar de nuevo el piso de Londres que ya estábamos de nuevo viajando a mi ciudad natal.
Paramos en el primer semáforo que se atrevía a interrumpir nuestro ininterrumpido camino hasta entonces y la luz da la farola cayó de pleno dentro del vehículo, justo en el asiento del copiloto. La despertó. Aproveché la luz roja de la señal para recostarme sobre el asiento, descansar los músculos y de paso observar la escena más bella que la naturaleza ha podido ofrecer jamás: el despertar de la mujer a la que siempre he amado.
Primero parpadeó rápidamente, luego miró con un odio muy dulce a la farola causante de su despertar, finalmente se desperezó ágilmente frotándose los ojos con los nudillos. Me lo sabía de memoria, me había despertado a su lado demasiadas mañanas como para no reconocerlo al instante.
-¿Qué hora es?- susurró y me dedicó una sonrisa, pero no me dio tiempo a responderle, su mirada fue rápida y veloz al salpicadero y aquello terminó de despertarla.- ¡Madre mía es tardísimo!
-Tchss- intenté calmarla, pero fue demasiado tiempo, James se despertó sobresaltado.
-Llegamos tarde, Liam- reprochó.
-Lo sé cariño, pero no es culpa mía había un tráfico horrible.
-No quería decir eso, es solo que odio llegar tarde a cenar con tus padres.
-Lo entenderán, solo van a ser unos minutos.
-Mamá- la dulce voz somnolienta de la criatura más importante de mi vida inundó todo el vehículo.
-Dime cariño.
-He soñado con Mickey.
-¡No me digas!- mi mujer se giró en el asiento para poder ver la cara de James, ambos estábamos prendados del niño, él por su parte sujetaba un enorme peluche del famoso ratón XXL. No se había separado del muñeco desde que se lo compramos en París, de hecho había tenido que montar un numerito en el aeropuerto de la ciudad para que le dejaran pasar con él.
-Sí- miró por la ventanilla- estaba en el cole con John y conmigo.- Chasqueó la lengua, ya estaba en la época en la que intentaba parecer mayor e imitaba los gestos de su madre y míos.- Quiero volver, mami.
-Volveremos, Jamie- respondí.
-¿Vienen el primo hoy, papá?
-Claro, luego iréis juntos a por caramelos ¿a qué sí?
-Sí…-
Doblé la esquina que finalmente nos llevaba a la hilera de casas adosadas donde había vivido toda la vida. Todas las casas estaban iluminadas con luces de colores por todos lados y decoraciones un tanto terroríficas.
-Pero papi…-Instintivamente volví a mirar a James por el espejo retrovisor, el niño tenía el entrecejo fruncido y agarraba con más fuerza al peluche- no entiendo por qué yo no tengo un disfraz como el del primo.
Sonreí y miré a Demi, ella me sonrió cómplice. Aquel era el primer Halloween de James Daniel propiamente británico, hasta entonces no habíamos tenido la oportunidad de celebrar aquella fiesta en Wolverhampton. En Londres James había podido disfrutar de alguna fiesta en el cole acompañado de sus compañeros de clase y algunos disfraces, pero para mí era muy importante que mi pequeño viviera la fiesta como yo la había vivido desde siempre; por eso aquella visita.
-Cariño ya te lo he dicho, puedes usar el del año pasado.
-Pero papá…
-Pero nada, Jamie, papá tiene razón- intervino Demi.
Lo que nuestro hijo no sabía era que le habíamos comprado un disfraz para aquella noche. James se convertiría en el vaquero Woody en unas horas por capricho de su madre. Había sido en la Disney Store más grande de Disneyland, mientras James se entretenía en las figuras de acción, Demi encontró aquel disfraz y decidió que era perfecto, no supe negarme, me hacía más ilusión de la que quería aparentar.
-Jooo…- berreó. Pero ambos sabíamos que cuando James se quejaba de esa manera significaba que lo había entendido por mucho que le disgustara. Gracias a dios, no había sacado la cabezonería de su madre, sino, no podríamos darle la sorpresa de aquella noche, nos la sacaría él a nosotros.
-¡Ya estamos!- dije aparcando el coche por fin.

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-Así que han sido unos amigos…
El cerrajero parecía estar riéndose de nosotros.
-Sí- respondió Zayn muy secamente.
-¿Sabéis que se pueden romper fácilmente de un tirón?
-No quería hacerle daño- respondió todavía muy serio, casi con odio. En cualquier caso, sus palabras me sonaron demasiado bien, más bien de lo que deberían sonar dado el caso.
-Además tenemos que devolverlas, no son nuestras- intenté arreglarlo, pero pronto comprendí que más bien lo estaba empeorando dado el hecho de que no ayudaría mucho que aquel hombre de los suburbios pensara que nos gustaba usar juguetitos de los demás en las fiestas.- Bueno, me refiero…
-Yeah, whatever…- me cortó Zayn.- Can you help us or what?
-Yes kid, the problem will be the money… do you have cash?
-Are you fucking kidding me?! I’ve got a credit card, don’t have any cash right now!
-I’m sorry then.
-C’mon man! It’s 4 am! Where am I supposed to get cash now?
-Hey kid! Calm down! Not my problem ok? I’m sorry but you can not pay with card here, the machine is not working sorry.
-Oh, fuck off.
Zayn se volvió sin despedirse, con furia, arrastrándome con él hacia la puerta. El frío me golpeó en la cara y agradecí haber elegido aquel cutre disfraz, yo no llamaba tanto la atención como Zayn y su placa, y llamar la atención era algo que, por experiencia, sabía que le ponía de peor humor aún, si cabía en aquella situación.
-Where are we going?- pregunté con miedo, a sabiendas de que estaba furioso.
-Well you heard it, we need cash.
Eso no me aclaró demasiado, pero no me atreví a preguntar de nuevo. Tras veinte minutos dando vueltas comencé a darme cuenta de que estaba cansada. Agotada. Jamás me imaginé que me podría llegar a hartar de estar al lado de Zayn. Frené intentando recuperar algo de aliento.
-This is useless- se quejó él- there’s no a fucking open bank at this time.
¡Un banco! Claro, joder ¿de dónde sino pensaba sacar efectivo?
-I’m sorry my company makes you feel so desperate- dije algo molesta, realmente parecía desesperado por librarse de mí.
-It’s not that you make me feel bad…- dijo confundido- I thought it was ME who made you feel uncomfortable…
-Excuse me? Didn’t you hear anything I told you before? I love you Zayn and I loved you when I was with Ant, for God’s sake how do I have to say it?!
-Why didn’t you tell me when it happened?
-I tried.
-Well, you didn’t succeed…
-I was worried- confesé y tragué saliva para decirle toda la verdad.
-But why?! It makes no sense if you now tell me you didn’t feel anything for Ant, there was no need to worry since…
-Zayn, I was worried because- pausa dramática- we didn’t use any condom.
-WHAT?!- memoricé cada detalle de las facciones de Zayn en aquel momento, fue la primera y la última vez en toda mi vida que vi a Zayn dejarse llevar por el pánico- I’m gonna kill him… seriously… How dare he..?
-Please Zayn, he wasn’t the only one to blame.
-Ok, I didn’t know that…- suspiró- have you gone to the doctor?
-Not yet…
Por algún motivo que no alcancé a comprender, todo su cuerpo perdió la tensión, parecía relajado por primera vez en aquella noche y eso también me relajó a mí. El chico miró a su alrededor, por su expresión supe que estábamos perdidos, ¿por qué decirle a Finn que se fuera entonces?
-Fancy a kebap?- soltó de repente.
-Yes of course!- dije sin planteármelo, no pensé ni en qué hora era, ni en dónde estábamos, ni en cómo íbamos vestidos ni en cómo nuestras muñecas seguían unidas.
-Ok, let’s go.- Con la mano que tenía esposada sujetó la mía de una manera que pareció tan natural que dolía, apreté la suya.- Hope they admit credit cards.

5+2

Aproveché que mis padres no dejaron de acosar a James y a Demi  con preguntas y deposité el poco equipaje que habíamos traído para aquellos días en la que fue mi habitación de la infancia, dado que la adolescencia la pasé prácticamente en diferentes habitaciones de hotel. Mis padres la habían organizado de tal manera que una espaciosa cama King size ocupaba todo el espacio disponible, así podríamos dormir los tres. Mmm… mala idea, nos había costado muchos llantos y pataletas de James conseguir convencerlo de que durmiera en su cuarto en nuestro piso de Londres. Me encogí de hombros, ¿a quién quería engañar? Me encantaba tenerlo con nosotros.
Terminé de organizar las cosas y bajé con el resto, Nichole y Ruth estaban en el salón con sus respectivas parejas, mis padres y Demi. Ni rastro de los pequeños, sabía que eran lo suficientemente rápidos como para convertirse en mejores amigos sin haber hablado desde hacía casi un año. Nichole había tenido a William hacía tres años, lo que lo convertía en el primer primo pequeño de James Daniel, era extraño pensar que James sería el mayor de todos sus primos con los padres más jóvenes.
Tan solo eran las 4 de la tarde pero el cielo estaba oscuro como si medianoche fuera, peculiaridades de UK, imagino. Mi padre había encendido la chimenea como cada año y todos charlaban alegremente. Acudí junto a Demi.
-¿Qué habéis pensado para estas Navidades, chicos?- preguntó Ruth dirigiéndose a nosotros.
-Supongo que las pasaremos en Wolverhampton si no hay ningún evento con el grupo- respondí. Por supuesto, habíamos organizado todas las fechas para que James pudiera disfrutar de todas sus familias: Nochebuena y Navidad con mis padres en Wolves, Año Nuevo en Londres con los chicos y principios de enero en España para que recibiera sus regalos de Navidad por parte de los Reyes Magos o algo así, tanto su madre como yo estábamos de acuerdo en que James debía acostumbrarse tanto a costumbres españolas como inglesas.
-¡Estupendo!- se alegró mi madre.
Se oyeron las risas de los niños por los pasillos.
-No quiero que se haga muy tarde para que los chicos salgan a pedir caramelos- sermoneó de nuevo su abuela.
-No mamá, además este es un barrio de lo más tranquilo.- La tranquilicé.
-Ya lo sé, hijo, pero está muy oscuro y no están acostumbrados a estas calles.
-No se van a perder mamá- Ruth también intentó calmarla.
El timbre interrumpió cualquier discusión posible a mi hermana y tanto mi madre como yo nos levantamos. Era obvio quiénes acababan de llegar.
Louis, Harry y Niall me abrazaron sonrientes, tan solo habían pasado un par de semanas pero ya echaba de menos a estos tres. Niall le entregó una botella de vino a mi padre y Harry un ramo de flores a mi madre, que entregó caballerosamente depositando un beso en su muñeca.
-No cambias ¿eh, tío?- le dijo Louis.
-Una dama es una dama, querido Tommo- bromeó el chico.
-Bueno ¿y mi ahijado?- exigió saber Louis.
-¡James!- grité y los dos niños bajaron corriendo las escaleras. No hizo falta mucho más, ambos adoraban a sus titos postizos y se colgaron de sus cuellos.
-Pero ¿qué hacéis aún sin disfraz?- preguntó Niall- Venga, arriba a cambiarse.
-Papá no me quiso comprar un disfraz nuevo, tito.
-Tu padre parece que no se acuerda de que él también fue pequeño- me reprendió Louis, solo pude sonreírle sarcásticamente.
-Yo creo que nació con la mentalidad de 50 años ya- apuntó mi querido “amigo” Niall.
-Anda, pasad- dije instándoles a entrar para poder cerrar la puerta.
Algo me detuvo, un coche pasó a toda velocidad por la calle, excedía los límites de velocidad dado la zona residencial, pero nada más reconocer al perfecto caballo del capó del mismo, entendí que sería un delito aún más grave conducirlo respetando los límites de velocidad.
El elegante Ferrari azul marino aparcó torpemente y sus dos ocupantes bajaron del mismo.  Se aproximaron a paso ligero.
-Lo siento, lo siento muchísimo- se disculpó Marina- tenía un examen…
-No os preocupéis chicos…- de pronto caí en la cuenta de algo- ¿el examen no era a las 10 de la mañana?
-Sí, bueno, luego surgieron… cosas…- respondió la chica evitando mi mirada.
-Nos entretuvimos- carraspeó Zayn.
No insistí más, Zarina siempre en su línea.

5+2

Estábamos solos en el establecimiento, incluso los propietarios nos miraban confusos mientras devorábamos nuestro pedido, resultaba algo incómodo hacerlo con la izquierda ya que la otra aún la tenía esposada.
-Aún no tengo muy claro lo que ha pasado, Zayn- dije sin mirarle.
-¿A qué te refieres?
-Hace un rato estábamos en unas escaleras y tú parecías querer degollarme, luego estabas desesperado por librarte de mí buscando un cerrajero, finalmente despediste a Finn con ninguna excusa aparente y muchas intenciones sospechosas, y luego me invitas a cenar/desayunar kebap.- Alcancé mi lata de Nestea- Sinceramente, Zayn yo estoy perdida.
-Tampoco es que yo esté mucho más ubicado…- le rogué con la mirada que hiciera un esfuerzo y por primera vez en aquella noche me fuera totalmente sincero- cuando decidí alejarme de ti y acabar con lo nuestro estuve de muy mal humor. Pensé que era por el hecho de que mi mejor amigo y mi novia se habían acostado, que había sido traicionado- ¿pero? ¿pero? Mi subconsciente salta ansioso, necesita respirar de sus palabras- pero en realidad estuve mal porque estaba alejando una parte de mi vida de mi lado.
Me desvanecí, el hambre desapareció. Dios, sus palabras habían sido como un antídoto a un veneno mortal. Permanecí atenta a sus palabras.
-No sé qué va a ser de nosotros o de nuestra relación, pero sé que no te quiero lejos.- Se encogió de hombros y volvió a centrar su atención en la comida.
-Yo tampoco lo soportaría- susurré.
-Pero nada de vivir en casa- sonrió, pero sabía que esa sonrisa ocultaba bastante más inseguridad que picardía.
-No, claro, creo que puedo encontrar algo… Ahora que he empezado una vida entera aquí no me atrevo a volver a España.
-Yo tampoco lo soportaría…- sonrió sincero y me acarició el dorso de la mano que era ya hermana siamesa de la suya.
Me quedé embobada mirando sus labios, cómo se separaban para arrebatar un trozo de bocadillo y se fusionaban mientras trituraban la comida. Él se dio cuenta, yo me di cuenta de que se había dado cuenta y el camarero se dio cuenta de no habíamos pagado la cuenta así que interrumpió aquel mágico momento depositando la bandejita del ticket en nuestra mesa.
Zayn, adivino de mis pensamientos, sacudió la cabeza negando mis intenciones. No, claro. Ahora esos labios estaban vetados para mí.

5+2

-Und wo ist mein lieben James?!- gritó Marina.
-Hallo Tante Marina!- respondió el pequeño acudiendo a sus brazos.
-Comment çava mon amour?
-Très bien!!
-Marina, please…- se quejó Zayn.
-What?!
-Let James relax, for god’s sake! It’s holiday!
-I don’t mind, uncle…- respondió el pequeño apuntando con la falsa pistola a Zayn y sacándole la lengua.
-What do you think you’re doing?- preguntó Zayn ofendido ante la amenaza del pequeño, arrebató a James de los brazos de Marina para hacerle carantoñas, lo cogió de los tobillos y el niño empezó a reírse histérico.
-Let James relax, for god’s sake!!- imitó Marina a Zayn.
-Oh shut up, he loves it! Don’t you love it?- de nuevo lo puso en el suelo y le miró burlón. James le hizo una pedorreta y salió corriendo. Marina estalló en carcajadas- Evil kid…
-No quiero imaginarme de cómo seréis cuando tengáis el vuestro…- Demi apareció en el recibidor y saludó a los recién llegados.
-Te he echado de menos- la abrazó Marina.
-Y yo.
-Chicos , vamos a ir preparando las cosas- anunció mi madre desde la cocina.
Todos nos distribuimos como pudimos para ayudar a preparar la casa para la cena, éramos tantos que necesitábamos más espacio del disponible, aún así conseguiríamos apañarnos.
Aún con el jaleo de la preparación, todos pudimos oír el grito de James Daniel. Sonreí orgulloso y busqué a Demi con la mirada, ella también parecía paralizada de alegría.
-¡Bill!- oí la voz de mi hijo que llamaba a su primo desde arriba de las escaleras- ¡Bill, come, quickly!
Sabíamos que el pequeño había entrado a la habitación en busca de su disfraz del año pasado y en la bolsa se había encontrado el disfraz de Woody que le compramos en Disneyland. James y Bill no tardaron en bajar las escaleras, preparados para su noche.
-Oh honey…- se rió su madre y acudió junto a él para arreglarle el disfraz que se había dejado a medio abrochar.
-Mum!- se quejó el niño, ansioso por salir a la calle con su primo.
-Ok kids,- dije- be careful and come back at 9 ok?
-Yes daddy.
-Ok, uncle.
-Have fun, sweethearts- Demi les dio un beso a cada uno.

5+2

Salimos de nuevo a la calle, bostecé, realmente quería dormir. Aunque aún no se hubieran aclarado del todo las cosas con Zayn, me sentía algo más tranquila sabiendo que, pasara lo que pasara, no nos tendríamos que separar.
-Vamos.
-¿Adónde, Zayn?- me quejé.
-A casa. Dada la situación- levantó el brazo esposada.- No te va a quedar otra que dormir conmigo hoy.
No me disgustaba la idea, a quién quería engañar. Pero sí me disgustaba otro hecho:
-¡¿Andando?!
-Marina, parece mentira que hayas vivido en mi casa tanto tiempo y aún no reconozcas los alrededores- se burló- estamos a diez minutos. Venga.
-En mi defensa solo diré que siempre me he movido en metro.
Se rió y volvió a tomarme de la mano, era algo mejor que llevarlas colgadas de las esposas, se disimulaba mejor el plumerío rosa.
-Dime una cosa- dijo serio de nuevo- ¿Qué sientes por Ant? Sé sincera, por favor.
Me pilló desprevenida… y desarmada.
-Pues… creo… creo que me gusta- respondí sorprendiéndome más a mi misma que a él.
-Ya veo.
-En el sentido de que me hace sentir a gusto, me recuerda a ti y eso me gusta.
-O sea,- de nuevo volvió a sonreír, muy levemente- te gusta porque te recuerda a mí.
-Sí.- Dije segura de mi respuesta.
-¿Nada de atracción?- levantó una ceja burlón.
-Hombre… está bueno…- le seguí el juego.
-Sí, bastante bueno.
-Pero ¿sabes, Zayn? Solo tengo un corazón, y por lo tanto, amar solo puedo amar a una persona…
-Quizás ese corazón tuyo debería aclararse.
-Él lo tiene muy claro,- “pero parece que tú no”.
Llegamos por fin al que ya me resultaba familiar, hogar de Zayn. Abrió la puerta con cautela y nos dirigimos a la habitación de él, sin embargo antes de que nos tumbáramos el móvil de Zayn sonó estrepitosamente.
-Yes? (…) What?! What happened?! How can he..? Don’t worry, I’m coming, yeah yeah, she’s with me.
-What’s up?-pregunté asustada.
-Liam’s unconscious in hospital.

5+2

Los niños regresaron puntuales, nos enseñaron emocionados todas las chucherías que habían conseguido mientras Niall se los ganaba para compartirlas y Marina les recordaba que no era bueno tomar demasiada azúcar por la noche.
-¡Y era una casa encantada!- Bill hacía grandes gestos con los brazos y James lo miraba asintiendo con la cabeza esperando su turno para poder exagerar y sorprendernos también con sus anécdotas de la noche.
-Pero con fantasmas de verdad ¿eh?- añadió mi hijo.
-¿Y no tuviste miedo?- preguntó Zayn.
-No tito, yo le di la mano a Bill.
-¡Mentira!- se quejó Bill.
-¡No!
-¡Te la di yo a ti!
James frunció el entrecejo mirando a su primo cabreado, su primo lo imitó, finalmente la abuela trajo cookies recién hechas y ambos se olvidaron de la discusión.
A cuenta gotas, todos fueron despidiéndose y volviendo a sus respectivos nidos. Tanto Ruth como Nichole tenían sus propias casas en Wolverhampton así que no tardarían en llegar sanos y salvos a casa. Harry y los demás se quedarían en un hotel del centro a pasar la noche y volverían a casa mañana.
Mis dos preciosidades y yo subimos a la habitación tras los tradicionales besos de buenas noches de la abuela. Conseguí medio desvestir a James en el baño de mi habitación mientras Demi se cambiaba también, sin embargo el pequeño se escabulló a mi mínimo despiste y acudió junto a su madre con la pistola en la mano.
-¡Pum, pum, pum!- disparó para todos lados.
-James, cariño, la pistola ya hace ruido, ¿para qué necesitas hacerlo con la boca?
-Porque es mi juego, mamá, y a mí me gusta más jugar así.
Apagué la luz del baño y me dirigí a la habitación. James salió corriendo de nuevo y se metió bajo de la cama. Fingí no verlo y me tumbé junto a Demi. Sabía perfectamente cómo hacer que saliera. Comencé a darle sonoros besos en la mejilla a Demi.
-¡Eehhh!- saltó corriendo a nuestro lado en la cama- ¡Que mamá es mía!- le rodeó el cuello con sus bracitos.
-De eso nada, granuja- le hice cosquillas en las axilas para que soltara el cuello de su madre y no resistió mucho.
Él chillo y empezó a reírse histéricamente conforme yo le asesinaba a cosquillas.
-¡No piense que se va a librar, sheriff!
-¡Mamá!- más risa histérica y pataleo.- ¡Ayuda!
Demi se unió a la lucha contra James. Aquella alianza era irrompible.

5+2

El chico abrió los ojos poco a poco para encontrarse con un tubo de luz fluorescente que le dañaba la vista y un intenso dolor en la frente. Demi acudió junto a él de inmediato.
-Liam- dijo aliviada- how are you feeling, love?
-Demi?- miró a su alrededor ¿y su habitación? ¿y James Daniel?- where are we?
-Hospital, Colton hit you at home.
-Oh yes…
-The rest are outside. Do you want me to call them?
Liam entrecerró el ceño y siguió mirando alrededor. Quería volver a su habitación, con Demi, con su hijo, quería recuperar aquel Halloween. Sin embargo, no tardó en comprender que aquel Halloween no podría ser recuperado jamás, pero sí creado.
-No, no, wait. I want to tell you my dream.