4ever yours (45) Te quiero

Después de una rápida pero caliente ducha, Demi se arreglaba en su nueva habitación... para dos. No se había permitido pensar en nada más que no fuera en cómo enfrentar la situación que le seguía a cintinuación, contarles toda la verdad a sus suegros, que en esos instantes la esperaban en el salón con los demás.

Alguien llamó a la puerta, soltó el cepillo de pelo inconscientemente ante el ruido de los nudillos al golpear la puerta, se había acostumbrado a ignorar su alrededor desde el beso de Louis.

-¿Puedo pasar?

Demi reconoció la voz de Marina… no respondió, algo le hizo pensar que Marina sabía y había sabido toda la historia antes que nadie, y le molestaba que una de sus mejores amigas le hubiera escondido algo así.

En cualquier caso, su amiga no recibió sus pensamientos negativos y entró en la habitación con cuidado de no hacer mucho ruido.

-¿Qué ha pasado, Demi?- preguntó preocupada.

-Tú lo sabías ¿verdad?

-¿El qué?

-¡Deja de fingir, Marina! ¡Sabías lo de Louis!

Marina miró confundida a Demi.

-¡¿Qué ha hecho?!- preguntó temiéndose lo peor.

Demi le lanzó una mirada fulminante, tras eso continuó cepillándose el pelo.

-¡Joder Demi! ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué te llamara corriendo “demi demi le molas a LouLou!”?- puso voz de niña pequeña- No quería estropearlo, Demi, tú y Liam vais a tener un hijo, la tontería de Louis podría costaros muy caro a ambos… Además él mismo dijo que se tragaría sus sentimientos ¿Qué coño ha hecho?

-Me ha besado…- Demi por fin dejó entrever sus emociones y miró con angustia a su amiga- y yo ya no sé qué hacer, Marina- sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

-Tchss, no llores, Demi, no es buen momento…

-Lo sé… Amo a Liam, pero no quiero hacer sufrir a Louis…

-Deberías clonarte- bromeó Marina para quitarle hierro a la situación, se acercó a su amiga y le cogió el cepillo para continuar con su tarea tranquilamente. -¿Te acuerdas cuando nos peinábamos en tu casa?

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Lo que Marina no se había atrevido a decir es que Liam y Louis también estaban en otra habitación los dos juntos…

Por lo tanto, tan solo otros tres componentes hacían compañía a los señores Payne padres. Ya se habían acabado todos los temas de conversación posibles: grabaciones, planes de futuro, estado de salud de los demás progenitores de la banda…

-Do you guys know what Liam and Demi want to tell us?- preguntó el padre.

-Yeah…- contestó Harry- but I’m not sure if we’re allowed to tell you… Gonna ask to your son.

El chico se levantó dejando a Zayn y a Niall con el matrimonio. Después de los 90 minutos de partido más la hora reglamentaria de ponerse al día, los chicos ya comenzaban a cansarse de la situación. Zayn estaba hundido en el cómodo sofá, con la cabeza de Niall apoyada en sus piernas medio dormido.

-¿Dónde están estos chicos?- preguntó algo incómodo el padre de Liam.

-Demi tenía que darse una ducha, ha venido empapada de ir a comprar la cena.- Respondió Zayn con la mirada perdida en la tele.

-Yo tengo muchísima hambre, Zayn.

-Harry ya ha hecho la cena, levántate y cógela.

El pequeño leprechaun miró a su alrededor dudando si obedecer o no al sabio consejo de Zayn, finalmente optó por recolocarse en el sofá.

-La verdad es que nuestro hijo no es muy buen anfitrión- bromearon los padres.

-Sí que lo es-lo defendió Zayn, pero es que ha tenido que solucionar no sé qué cosa con Louis.

-¡Qué flores más bonitas!- la señora Payne se fijó en el nuevo jarrón de la casa.

-Son de Marina, la amiga de Demi- aclararon los chicos.

-¿También tiene novio?

-Eso parece.- Contestó Zayn.

-¿Lo conocéis chicos? Porque para que mande las flores a la casa de Liam…

-Sí, lo conocemos- sonrió Niall.

-Es un capullo.- Dijo Zayn.

Niall miró con incredulidad a su compañero.

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Ambas nos dirigimos de nuevo al salón donde ya se encontraban los demás, fue un momento muy tenso, no sabían si quedarse, levantarse o empezar a cenar. Así que optamos por mirar a Liam, su respuesta con los ojos fue suficiente. Salimos de la sala rápidamente y nos dirigimos a la concina, Niall a la cabeza.

-What has happened?- preguntó Harry a Louis, a quien notaba tremendamente nervioso.

-We just had a problem with the car.

-I don’t believe you…- Niall en realidad no le prestaba demasiada atención a Louis, se encargaba de calentar sus tacos en el microondas, pero el resto sí lo hacíamos, especialmente yo que era conocedora de lo que había ocurrido.

-C’mon, Louis. Tell them what happened… Don’t worry.

-My god! I can’t stop fucking up the things all around me!

-Don’t say so! – se indignó Hazza.

-I… kissed her guys… I can’t explain how I… but I’m so sorry. I needed to clear the things up with Liam.

-It is everything right already?

-More or less…

-What does it mean?

-Well guys, you know how Liam is, he’s so nice but I can’t forgive myself do you understand?

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Demi suspiró intranquila, hubiera deseado que sus amigos se quedaran con ella en aquel momento, realmente necesitaba cierto apoyo, aunque también sabía que existían ciertos protocolos que seguir en momentos como aquel.

-Tiene que ser algo importante…- comentaron los padres.

-Bastante.- Liam se puso serio, más de lo que acostumbraba y miró a sus padres- Demi y yo hemos decidido vivir juntos.

El matrimonio se miró algo decepcionado.

-Liam, cariño… ¿nos has hecho venir desde Wolverhampton para eso?

-Hay algo más…- casi susurró Demi, sin embargo no se veía capaz de decirlo.

-Queremos casarnos –sus padres abrieron mucho los ojos sorprendidos, Liam hizo acopio una vez más de todas sus fuerzas- y vamos a tener un hijo.

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Louis no se sentía mejor a pesar de nuestros ánimos, pero era algo perfectamente comprensible, necesitaría tiempo para aclararse consigo mismo y poner en orden sus necesidades en la vida. Sin embargo, todos continuábamos con la duda de qué era lo que realmente había pasado en aquella habitación entre Louis y Liam.

-Se hace tarde… creo que me voy a ir a casa, chicos.- Anunció Louis.- ¿Acerco a alguien?

-Sí, claro- pidió Niall.

Obviamente, Harry se iba con ellos.

-Nos vemos mañana en el estudio.

-Hasta mañana.-Contestamos.

Una vez solos, decidimos recoger los utensilios empleados para la cena, que bienintencionadamente no habían recogido nuestros compañeros. Nos complementamos lo suficientemente bien para fregar y secar casi instantáneamente.

-Es increíble la que se ha liado.

-Sí… pobre Demi, la que se le ha venido encima. Me pregunto qué tal le irá en el salón.

-De momento no hay gritos, yo creo que va bien.

-O ya se han matado…

-No digas esas cosas, Zayn. Por cierto… ¿qué vamos a hacer mañana?

-Tengo que trabajar, estoy en un grupo, hago música… esas cosas, ya sabes.

-Cierto, a veces se me olvida…- ironicé sintiéndome realmente decpcionada.

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Los novios se miraron, el matrimonio hizo lo propio, llevaban un rato sin decir nada, hablando entre ellos con la mirada y eso ponía a Liam y a Demi bastante más nerviosos.

-Por favor, decid algo…- dijo la rubia.

-Bueno… es… algo muy serio, chicos- comenzó el padre.

-Sí, desde luego, sois muy jóvenes y estáis tomando responsabilidades que igual os vienen grandes.

-Lo sabemos, pero también creo que sería muy irresponsable por nuestra parte no haber hecho las cosas correctamente.

-Desde luego.

-Chicos, confiamos en vosotros, y sois lo suficiente maduros como para decidir sobre vuestra vida; aun así os lo voy a preguntar ¿estáis completamente seguros de lo que estáis haciendo?

-Sí.- Ambos respondieron a la vez y sin un ápice de duda

Harry asomó en ese instante la cabeza por el salón educadamente.

-Nosotros nos vamos, nos vemos mañana Liam. Buenas noches a todos.

-Hasta luego Harry.

-Supongo que nosotros también nos vamos a ir- anunció el señor Payne.- Hablaremos más de esto, pero si no perderemos el avión. Podríais venir este fin de semana a casa.

-¡Claro!

Los cuatro se dirigieron a la salida, comenzaron las despedidas. Demi se sentía mejor, no había sido la mejor de las reacciones, sino la más correcta de unos padres que se preocupaban por su hijo y a la vez querían su felicidad por encima de todo, aun así, se sintió aún mejor cuando la señora Payne se despidió con un abrazo y con unas preciosas palabras:

-Cielo, estamos aquí para cualquier cosa ¿vale? El embarazo es un proceso un tanto duro, y más si no tienes todo el apoyo que necesitas, así que si ves que necesitas cualquier cosa, estaré para ayudarte ¿de acuerdo?

-Muchísimas gracias, de verdad- Demi volvió a abrazarla- Significa tanto para mí.

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Tenía que reconocer que la habitación que habían pensado para mí era perfecta y muy acogedora, lo suficiente para que no echara mucho de menos mi cama de España. Me sumergí entre las mantas y me cubrí hasta arriba, realmente hacía frío.

Oportunamente, alguien llamó a mi puerta cuando acababa de cerrar los ojos por primera vez en aquel largo día. Zayn abrió la puerta, se asomó y encendió la luz. Todo eso sin piedad alguna.

-Me voy a casa.

-Vale, buenas noches.

-¿No me vas a dar un beso ni nada?

-Si te acercas tú, sí.- No se movió.

-Te podías haber venido a casa, también tengo una habitación libre…- No supe qué responder- Y la funda del edredón tiene un estampado de flores…

Sonreí, adoraba los estampados con flores.

-Sabes que es mejor así.

-Supongo… buenas noches.

-Buenas noches, Zayn.

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Demi se hundió en la cama agradeciendo por fin poder desconectar del mundo, algo que necesitaba, volver a estar en comunión consigo misma, pero por suerte o por desgracia, no estarían ella y su almohada solas aquella noche, por algo había aceptado la petición de vivir con Liam.

El chico se tumbó a su lado, respetando mucho su espacio en la cama. La tensión era más que palpable.

-Demi… creo que tenemos que hablar de lo que ha pasado.

Ella no se movió, aun así sabía que no se libraría con hacerse la dormida.

-Demi…-insitió.

-No sé qué decir.

-Tranquila…- se giró hacia ella perdiendo el espacio físico que los separaba, la abrazó- Ya he hablado con Louis.

-¿Qué te ha dicho?

-Me lo ha explicado todo. No estoy enfadado con ninguno, Demi, no quiero que estéis mal.

Aquello la hacía sentirse aún más culpable, ¿por qué Liam no podía ser un chico normal y enfadarse cuando se tenía que enfadar? Así ella no se vería como una mala persona.

-Pero no puedo evitarlo, Liam. Yo te quiero a ti, pero no quiero hacerle daño a Louis.

-Él acabará entendiéndolo, Demi, pero necesita algo de tiempo. Hemos hablado y me ha pedido que te pida disculpas de su parte, que cree que lo mejor será que estéis separados por un tiempo.

-Supongo que sí.

-Además tengo una sorpresa para mañana que te animará.

-A veces siento que tengo demasiada suerte… ¿Por qué eres tan bueno, Liam?

-He de esforzarme para estar a tu altura.- El chico se acercó y depositó un suave y cariñoso beso en la mejilla de su novia, le deseó las buenas noches acercando mucho sus labios a la oreja de la chica y luego se acurrucó en su ya estrenado nuevo lado de la cama.

Demi suspiró y se cubrió con las mantas, inesperadamente, durmió como si todo hubiera sido diseñado para ser exactamente de esa manera, de modo que a pesar de todo lo que había ocurrido en el día, dormir en aquella cama, en aquella habitación, en aquella casa, no le parecía nada incómodo; pero lo más importante era la compañía con la que contaba aquella noche. Sin saber por qué, creía que todo podía solucionarse de la manera más fácil y menos dolorosa posible. Por una parte, sus suegros habían reaccionado medianamente bien y les habían mostrado todo su apoyo; por otro lado, aunque no le complacía la decisión de Louis, sabía que podría ser lo mejor para su relación con Liam.

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El día no pintaba demasiado bien, no prometía más de lo que cualquier martes puede prometer en Londres. Obviamente estaba emocionada de estar allí, pero no lo estaba de tener que pasar el día sola… o casi.

En la cocina me encontré con el madrugador Liam. La convivencia estaba consiguiendo que nos lleváramos mejor y una sonrisa salió de nuestros labios como saludo.

-¿Quieres bacon?

-¡Puaj!

-¿Eres de las de Demi, eh?

-Totalmente.

-¿Café, entonces?

-Mejor leche con chocolate.

-No hay…

-Entonces café, no importa.

-Hay un Starbucks justo a la vuelta de la esquina.

-Da igual, Liam, sobreviviré por un día.

-¿Quieres que baje yo?

-Que no, Liam, de verdad.

-No es molestia para nada.

-¿Ocurre algo, a qué viene tanta amabilidad?

-Nada, ahora me apetece a mí tomar Starbucks. De paso le subiré uno a Demi, seguro que le encanta tomarlo en la cama. Vigila que no se despierte.

-De acuerdo…

-O si eso baja tú y yo…

-De acuerdo, Liam es vuestra casa, no hace falta que des tantos rodeos si te quieres quedar a solas con tu novia.

-No es eso. Solo quería…

Era una gilipollez a dónde habíamos llegado por un simple chocolate. Salí de la cocina sin escuchar las excusas de Liam. Les haría el favor y de paso me tomaría mi desayuno.

-¡Pero déjame dinero!- grité desde mi habitación mientras me vestía con la poca ropa de invierno que me había traído.

El verano londinense no era tan agresivo como podía esperar, algo que agradecí profundamente mientras iba en dirección al Starbucks. Supuse que Liam agradecería un tiempo más bien largo con Demi así que me senté en una de las mesas de la cafetería para tragar de la manera más lenta que se ha tragado jamás. Me levanté cuando me llamaron para recoger mi pedido y comprobé la poca efectividad del staff del Starbucks en seguida. Había pedido dos frapuccinos para la pareja y otro de chocolate para mí, sin embargo, me habían puesto solo dos frapuccinos de chocolate. Abrí la boca para explicárselo al camarero pero de mi boca no salieron palabras, más bien mis labios fueron sellados de una manera un tanto brusca por otros labios que reconocí enseguida.

-What are you doing here?!

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Demi se despertó muy relajada, con buenas vibraciones. A pesar de lo ocurrido el día anterior tenía más ganas que nunca de pasar tiempo con Liam, incluso decidió hablar con Louis y explicarle que lo suyo no podía ser y que debían actuar como personas maduras, pero pospuso ese plan cuando se descubrió sola en la habitación  y sin un solo ruido a su alrededor.

-¿Liam? ¿Marina?

Se levantó algo confusa y sus pies no notaron en frío contacto del suelo, más bien el de unos aterciopelados… pétalos. Sonrió, adoraba esos detalles y la derretían. Supuso que esa sería la sorpresa de la que Liam hablaba.

Le guiaron hasta la cocina, donde la esperaba un perfecto desayuno a base de cappuccino, pequeños croissants y una bellísima rosa.

-Buenos días.- Liam apareció de repente sobresaltándola, pero se calmó enseguida en cuando este la abrazó por la espalda y comenzó a darle besos en el cuello.

-¡Qué gusto da despertarse así! Pero… ¿y Marina?

-Ya tenía planes…

Algo más tranquila, se dio la vuelta para poder besar los labios de Liam. Estaban realmente en su mejor momento, parecía que nada había cambiado en su relación; a pesar de lo obvio del embarazo.

-¿Dejamos el desayuno para luego?- propuso la chica.

-Rezaba porque lo dijeras.- Demi volvió a besar los sonrientes labios del chico.

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-Pensaba que hoy trabajabas.

-Yo también.

-¿No te habrás fugado, Zayn?

-¿Qué me voy a fugar? ¿Estás tonta?

Mi acompañante miraba constantemente hacia los lados, resultaba gracioso verle vestido al más puro estilo espía, gafas de sol y gorro incluidos.

-Liam me ha echado de casa…

-¡¿Cómo?!

-Quería estar a solas con Demi, supongo…

-Pensé que no lo conseguiría.

-¿Estar con ella a solas? ¿Tan pesada me ves? En serio Zayn, hay veces que…

-¡Hacerte bajar al Starbucks!- me cogió las manos para frenar la serie de frenéticos gestos indignados que no paraba de hacer y me miró a los ojos (supuse) sonriente.

-Así que se lo pediste tú…

-En realidad llegamos a un acuerdo.

-Vaya vaya… ¿Y ahora?

-Vamos.

-¿Adónde?

Se levantó y me tendió la mano. Fue suficiente. Le seguí.

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 La pareja había tomado un taxi hasta la zona más céntrica de Londres, sabían que sería posible la avalancha de fans así que decidieron tomar precauciones cubriéndose de complementos. Liam condujo a su chica hasta una de las tiendas más exclusivas. Le abrió la puerta al entrar.

-¿Y esto?- preguntó Demi maravillada, por supuesto, aquel era su mundo. Se sentía como en casa.

-Quería que fuera tu sorpresa. Quiero que elijas un vestido, el que más te guste.

-¡Venga ya!

-Va en serio, quería hacerte un regalo de bienvenida pero no hubiera sabido cuál escoger…

-¡Liam James Payne! Primero: el mejor regalo de bienvenida que me podías hacer ya me lo has hecho y es estar conmigo aquí. Segundo: Cualquier regalo escogido por ti hubiera sido perfecto porque tienes muy buen gusto. Tercero: te quiero, te adoro, y sé que no debería aceptarlo,  pero no puedo rechazar este regalo, prepara la tarjeta de crédito.

-Me alegro, porque no me apetecía tener que convencerte.

Dando palmaditas Demi se alejó trotando a inspeccionar la tienda con todos y cada uno de sus rincones.

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Después de varios autobuses, un tren y un par de paradas de metro, el centro de Londres se desplegaba ante nosotros.

Mantuvimos la distancia entre nosotros con precaución, por si se daba el caso de que era reconocido, de hecho, lo fue un par de veces. Decidí mantenerme al margen mientras el atendía a las chicas. Resultaba algo incómodo tener que aparentar que no nos conocíamos pero tampoco era un tema que hubiéramos tratado antes. Nuestra relación estaba más segura en secreto, aunque fuera más duro para ambos seguir con ella.

Continuamos con nuestras compras, en realidad con las suyas. Pero no me molestaba, siempre me encantó la ropa masculina, así que no tuve ningún problema en vestirle y criticarle cada outfit. Incluso me llevé alguna recompensa en forma de perfume.

Sin embargo, cuando se acercaba el momento de volver al mundo real, Zayn decidió que quería visitar una tienda más. Lo más curioso de su petición es que se trataba de una tienda femenina. Le miré con serias sospechas de lo que venía a continuación.

-No, Zayn, en serio…

-Por favor…

Prácticamente me arrastró al interior. Me presentó a una personal shopper comentándole que yo era una gran amiga suya en busca de cierta ayuda ante mi carencia de experiencia. Tras contarle media vida falsa mía a la dependienta, por fin se pusieron manos a la obra.

Entre los dos seleccionaron un enorme montón de vestidos de fiesta carísimos y elegantísimos. Me permitieron elegir también un par de ellos. Una vez en el probador la pereza se apoderó de mí.

-En serio, Zayn… ¿qué hago yo con un vestido así?

-Quiero que lo lleves a la première de Harry Potter. Liam me dijo que Demi estaba preocupada porque no teníais vestido para el evento.

-Demi es tonta, Zayn.

-Haz el favor de probártelos, Marina. Déjate de tonterías.

-Sí, papá.

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-Ese es perfecto.- Coincidió la dependienta de la caja mientras deslizaba la tarjeta de Liam por la ranura.

-Te lo pienso devolver todo- dijo Demi sonriente recogiendo la bolsa de su perfecto y nuevo vestido.

-Propongo que me devuelvas su precio en besos.

-¡Me quedaré sin saliva!

-Pues ves empezando- sonrió él acercándose a ella.

La chica cumplió su parte y empezó a regalarle besos a su novio lentamente mientras paseaban por la calle.

-Estos son gratis ¿no?- bromeó Liam.

-¿Qué? Ni de broma, así estaré toda la vida endeudada.

-¿Supone un problema?

-La verdad es que no.

Continuaron paseando hasta que llegaron a una delicada cafetería, a simple vista, de lo más normal.

-Quiero que me hagas un solo favor más.- Dijo él.

-Claro, dime.

-Siéntate aquí y habla con él.

Demi volvió a mirar de nuevo al interior del establecimiento y descubrió la angelical cara de Louis. Aquello era una encerrona.

-No me puedo creer que me hayáis hecho esto.

-Por favor, Demi. Quiero que estéis bien los dos.

-Pero, Liam ¿por qué no me lo dijiste?

-Porque habrías planeado todo, la conversación, la ropa, los gestos. Así serás simplemente tú.- La chica seguía dudando- Demi sino lo haces por ti, hazlo por mí. Necesito que todo entre vosotros esté bien.

-De acuerdo, Liam.

-Te esperaré en casa.

-Te quiero.

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Solo quedaban dos posibles vestidos, uno en color verde clarito con escote palabra de honor y hasta las rodillas y uno rojo hasta el suelo ajustado hasta las costillas. Intenté abrocharlo con escaso éxito. Abrí el pestillo.

-¿Puedes subir la cremallera?

Algo inexperto, intentó desatascar el instrumento, finalmente dio resultado… en la dirección contraria.

-Subir, Zayn, quiero que la subas.

-¿Seguro?- susurró muy cerca de mi oreja, tan cerca que se me olvidaron mis preferencias. Llegamos al punto en el que no estaba segura ni de mi nombre.

-Ya no.- Dije deshaciéndome del vestido.

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Demi tomó asiento junto a Louis, no parecía nervioso, solo algo cansado. Ambos sabían que lo ocurrido les estaba carcomiendo por dentro. Comenzaron a hablar a la vez y soltaron unas risas de calentamiento.

-Siento lo de ayer, Demi. Siento si te incomodé.

-No es la incomodidad Louis, me sentí mal por Liam y me sentí mal por ti…

-Yo estoy bien, solo quiero disculparme contigo.

-No hay por qué. Estoy a favor de expresar nuestros sentimientos siempre y sean los que sean. Pero sabes que…

-No puede ser, sí lo sé. Y lo comprendo, ya lo comprendía antes, no sé que me pasó.

-¿Qué le dijiste a Liam?

-Nada, le expliqué lo que ocurría y me dijo que debíamos hablar, pero que te diría otra cosa para que no te lo esperaras.

-Menudo par estáis hechos…- al fin la chica sonreía, la situación cada vez resultaba más normal y cómoda.

Louis también sonrió, pero una enorme tristeza inundaba su ser. No le contó toda la verdad cuando dijo “le expliqué lo que ocurría” en realidad quería decir: le conté que te quería y que estaba enamorado de ti, que cada vez que te miraba a los ojos nos imaginaba juntos, que cada vez que tu pelo se ondeaba deseaba ser viento, que cada vez que te veía sonreír podría dibujar cada arruga de tus ojos, que cada vez que reías mis orejas oían los cantos de los ángeles y que con cada respiración deseaba no compartir el aire con nadie más.

No, definitivamente, Louis no pudo expresar todo lo que sentía. Sería mejor que Liam y Demi siguieran sus vidas.

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-A mí me gusta más el verde.

-El rojo te queda mejor.

-Ya pero el verde es más de mi estilo.

-Y el rojo del mío.

-Lo tengo que llevar yo.

-Pero te tengo que mirar yo.

La dependienta tosió ante la discusión que llevaba la pareja desde hacía tiempo.

-Quizás el color salmón sería…

-¡No!-contestaron ambos.

-Bueno de acuerdo, si te gusta el rojo… Pagas tú, así que…

-Así me gusta, Marina. Póngalo para regalo, y envíelo a casa, ya vamos bastante cargados.

Ambos volvieron a casa, se encontraron con Liam ya allí.

-¿Y Demi?

-Ha salido.

-Ah…

Zayn desapareció por las habitaciones.

-Hey… where have you been all day, mate?- preguntó Liam- Harry phoned me asking for you. Didn’t you go to the studio today?

-What?!- pregunté indignada- You told me you didn’t have to work today!

Fui en su busca cabreada, por la mentira y por el hecho de haber abandonado su trabajo por mí, el disco debería tener prioridad sobre lo demás. Pero de nuevo, me hizo olvidar mi propósito cuando salió de mi nueva habitación con un vestido colgado de una percha. Mi vestido. Era verde.

-No quiero que vuelvas a hacerme caso. No quiero que nadie te haga elegir rojo si tú quieres verde ¿vale?

-Te quiero, Zayn.