jueves, 31 de octubre de 2013

4ever Yours (76.2) Midnight memories.


9.42…AM
~ LIAM ~

-Has roto aguas- dije, era la única solución lógica que se me ocurrió.
No había ninguna botella o vaso de agua en la mesa, el mantel estaba seco, y el pequeño charco no era zumo.  Mis pensamientos se confirmaron cuando Demi se quejó y vi cómo se dibujaba en su cara una mueca de dolor que no duró más de un segundo. James estaba de camino.
En ese momento sentí mucho más el calor de la mano de Demi bajo la mía; era mucho más suave, y al acariciarla el lazo que nos unía parecía apretarse. Todo ese calor se hacía más grande y comenzaba a recorrerme todo el cuerpo. Mi corazón empezó a latir como una ráfaga y mis labios dibujaron una cálida sonrisa que delataba mis sentimientos y que regalé a mi esposa en cuanto fui consciente de ello.
-Isn’t it one of your ultimate jokes to scare the hell out of us, right Demi? - oí que Niall preguntaba- ‘Cuz my butt really hurts at this point…
-¡Vamos a ser padres!- grité sin intentar siquiera contener mi entusiasmo.
Demi me devolvió la sonrisa cuando me acerqué y le acaricié la mejilla con mi pulgar mientras conseguía que mis labios rozaran los suyos. Durante aquel beso multitud de pensamientos rondaron por mi cabeza, casi pude sentir un poco de miedo, pero la felicidad que me invadía eclipsaba cualquier otra emoción.
Supe en aquel momento que ella compartía todo aquello conmigo.
Mi primer instinto fue quedarme allí, abrazándola para siempre y congelar el momento lo máximo posible. Me di cuenta de que claramente no era la mejor de las ideas cuando Demi volvió a tener una contracción.
Mis ojos debieron salirse de sus órbitas cuando la vi volver a su desayuno como si fuera un día normal, como si nada estuviera pasando.
-¿Qué haces? Tenemos que ir al hospital.
-No, primero me acabaré mi desayuno de San Valentín si no te importa.
-Pero Demi…
-No- me interrumpió- Mi madre tardó veinte horas en dar a luz a mi hermano. Y se quedó con ganas de un café. Si crees que va a pasarme lo mismo a mí, la llevas clara…
Siguió tomándose el desayuno mientras yo me quedaba allí, petrificado, a su lado sin saber muy bien que hacer o decir para que se levantara y me hiciera caso. ¡Había ido a casarme con la mujer más testaruda y obstinada de toda Europa! Qué digo Europa, de todo el mundo.
-Cielo, cariño, mi vida… ¿Puedes dejar de torturarme e ir al hospital conmigo, por favor?- usé mi tono de voz más dulce y le añadí mi cara de cachorrito y una amplia sonrisa. Demi jamás se resistía a aquella mezcla.
Suspiró, y luego me dedicó una sonrisa. Ya la tenía en el bote.
-Está bien Liam, prepara las cosas mientras yo tomo un poco de esto e iré a dónde tú quieras, prometido.
Sus palabras me provocaron una sonrisa satisfecha. Di un beso a mi esposa, me levanté, y fuí a la habitación del bebé a preparar las bolsas con todo lo que necesitaríamos.
Me detuve en aquella habitación, no faltaba mucho para que dejara de ser un símbolo y fuera una realidad. Mi hijo iba a ocupar y usar todas y cada una de las cosas que allí había. Me quedé observando las paredes que Demi había pintado Que mujer más cabezota. Dejé viajar mi imaginación y me inundaron los recuerdos aún no fabricados; me embobé en ellos. Mientras cogía el bolso con la ropita y los biberones también me fijé en la cuna, que tan orgullosamente había montado. Hubiera sido más fácil de haber hecho caso a Demi y haber mirado las instrucciones desde el principio. Levantar tiendas de campaña era una tarea mucho más sencilla. Una personita real y a la que ya quería más que a mi vida iba a ocuparla muy pronto.
Aunque no quisiera admitirlo y fuera un secreto a voces, a veces era un completo sentimental.
Volví a ponerme la testosterona en su sitio y puse rumbo al comedor de nuevo. Cargué con las dos bolsas, las puse en el carricoche y salí para encontrar a un nervioso Niall y una sonriente Demi.
-¿Ya está?- me preguntó.
-Típico de los Payne, tener un hijo el día universal de amor- desde su asiento, Niall no paraba de mover los pies.
-De eso nada rubio, mi hijo se merece su propio día, ni de casualidad va a nacer hoy- cogió su tenedor y secuestró un trozo de tortita con arándanos. Reí ante el comentario.
-Voy a por la bolsa con tu ropa y nos vamos- respondí por fin.
Demi estaba dando un sorbo a su capuccino cuando entré en la habitación, abrí el armario, y saqué lo que pensé que era la bolsa más grande que había visto jamás. De ninguna manera iba a poder cargar con las cosas de mis dos bebés con solo dos brazos.

11.08…AM

Por fin llegamos al hospital. Si conocía bien a Demi, y desde luego que lo hacía, me daba la sensación de que aún no había asimilado que estaba de parto; la notaba muy tranquila -y normalmente ella es puro nervio- cuando llegamos al mostrador de la tercera planta, donde rezaba “Maternidad” en letras muy visibles. Todo era muy colorido y vívido en aquella planta, no parecía parte del hospital en absoluto.
Yo iba cargado con la bolsa del bebé; Niall se había comprometido a traer el resto de cosas en cuanto recogiera un poco la casa y avisara a todo el mundo de lo que estaba pasando. Había hecho bien prometiéndole entrada libre a mi nevera.
Demi hablaba ahora con la enfermera de la recepción, una mujer con cara simpática y entrada en carnes, negra y con el pelo muy rizado recogido en una coleta. Su uniforme, como el resto de la planta, no parecía sacado de un hospital. Llevaba pantalones lila y una camiseta muy ancha llena de dibujitos.
¿He olvidado mencionar el detalle de que estaba grabando todo aquello?
-But, you are here because you are having a baby, Am I right?
-Yes ma’am, but I’m telling you, I’m not having this baby today, not at all. I just wanted to let you all know; I’m going home for a couple more weeks maybe.
Demi empezaba a ponerse nerviosa, la realidad de lo que estaba pasando empezaba a golpearla en la cara.
-Not in a thousand years lady!- le respondió la enfermera agitando su mano izquierda en el aire- You are having this baby right now, and I’m gonna make sure everything goes well , you hear me? I’m gonna call your doctor and she will recognize you dear.
Demi volvió a tener una contracción.
-Liam, dile que no voy a tener al bebé ahora.
Le sonreí y me giré para hablar con la enfermera.
-Disculpe, está nerviosa, estresada, y muy lejos de casa. Esperaremos a la doctora en nuestra habitación si me dice dónde está.
Asintió con la cabeza.
-No, usted no lo entiende. Liam tú tampoco lo entiendes, NO voy a tener al bebe- dijo mientras otra contracción la hacía palidecer- ¡Y deja ya la cámara!

Medio minuto más tarde entrábamos en la habitación donde mi hijo vería el mundo por primera vez.

~DEMI~

Me sentía incómoda desde que habíamos abandonado el apartamento. Yo misma lo empeoraba fingiendo que no me dolía. Por otro lado, Liam estaba siendo un cielo, excepto por esa maldita cámara que me estaba sacando de quicio… pagaría por saber que estaba pensando.
Estábamos en el taxi, camino al hospital, por suerte sin demasiado tráfico. Yo seguía pensando que era un viaje inútil, en 5 minutos me mandarían a casa y Liam tendría que volver a prepararme uno de esos desayunos. ¿Pero y si estaba equivocada? La mera idea de no llegar a tiempo me aterraba.
-¿Estás nerviosa?- me preguntó entusiasmado.
-No va a pasar.
-Lo que tú quieras. Dile algo al bebé.
La cámara apuntó directamente a mi cara.
-Hola cielo, no vas a nacer hoy, pero aparte de eso, te quiero mucho.
-Tu mamá está nerviosa- dijo, girando la cámara para sí mismo- Estamos muy contentos de que vayas a venir pronto y ya queremos ver tu carita.
El móvil de Liam empezó a sonar, lo que lo obligó a apagar la cámara y darme 5 segundos de paz. O eso creía yo…
-Hey Mum! …No, wait a minute I have something to tell you… no, don’t worry it’s not bad news, we are…just having James Daniel right now! We are on our way to the hospital…
A Liam se le veía muy emocionado. Mientras hablaba con su madre pude fijarme en como sus facciones se endulzaban, sonriendo con toda la cara si eso era posible. Sus ojos brillaban con entusiasmo y se movía inquieto en su asiento. Quizá si iba a tener un bebé después de todo…
De repente, el momento en que Liam y yo intimamos por primera vez se instaló en mi mente.
-It’s my mum, wants to talk to you sweetheart.
-Karen! ...yes it hurts, but don’t worry I’ll be fine.
-Dear, I’ll be in London as soon as I can, and I’ll call your mum to let her know ok? You just don’t have to worry about nothing.
-Thank you Karen, it’s so nice to you.
-You are making me a grandma, that’s the less I can do- ambas reímos al teléfono- Don’t worry if James is something like Liam, it won’t be that bad for you.

Cuando colgué, mire de reojo a Liam. El me devolvió la mirada con una sonrisa de medio lado dibujada en su cara.
-¿Qué?- preguntó.
-Nada… ¿Así que fuiste un buen chico incluso naciendo eh?- su cara enrojeció al instante.
-No sé de qué hablas. Creo que estamos llegando al Hospital.
El muy… había aprendido a evitar conversaciones que no le convenían. Bueno, de todos modos, estaba preparada para decirle a quien fuera que yo NO iba a tener un bebé. No aquel día. Es decir… una madre sabe esas cosas ¿No?

Diez minutos más tarde estaba en una habitación con Liam, ¡Iba a tener un bebé! Las contracciones estaban acelerándose por momentos y cada vez me sentía más y más incómoda. Me habían dado la típica bata de hospital que en invierno solo significa coger una pulmonía y Liam me había “obligado” cariñosamente a recostarme en la cama.
Estaba hablando con otro alguien por teléfono mientras yo le hacía gestos para que abriera la ventana. Unas pequeñas gotas de sudor empezaban a asomar por mi frente por el esfuerzo y, pese a ser febrero, sentía como todo mi cuerpo ardía.
Liam colgó el teléfono y se acurrucó conmigo en la cama, me cogió de la mano y rozó su mejilla con la mía, quedando muy ceca de mí. El gesto se llevó todos mis miedos e inseguridades, haciéndome creer que todo iría bien. Él tenía ese efecto sobre mí…
-I love you honey.
-I love you more Liam.
Me besó e hizo que ese segundo pareciera lo más bonito que me había pasado en la vida.
-It was Colton, he is coming as fast as he can.
El bueno de mi primo…
-¿Y Marina?
-Colton ha mencionado algo de que ha alucinado un poco…no sé si vendrá cielo…
Una punzada de decepción me recorrió el cuerpo.
-No importa…lo entiendo… este no es su mundo.
Si importaba, no lo entendía. Tendría que estar aquí apoyándome…
-Te quiero.
Lo miré a los ojos y le devolví esas palabras. En sus brazos se encontraba mi lugar seguro en el mundo.
Unos minutos después un médico entró en la habitación rompiendo el momento. Era un chico joven, un par de años mayor que yo quizá, muy guapo, moreno y con un corte de pelo que le sentaba de vicio. En el momento en que pensé en cómo sería su trasero, decidí que no pondría sus manos sobre mí.
-¿Y la doctora?
-Esta fuera del país por asuntos que escapan a mi conocimiento, yo voy a ser su médico. ¿Podría tumbarse para que…
-Disculpa, no es nada personal, pero ¿Has acabado la carrera? ¿No hay ninguna mujer?
-Sí, Demi- dijo, mirando el historial- Soy médico residente y estoy tan capacitado como cualquiera para llevar su caso.
-Es mi hijo, no un caso.
-Sí, disculpe.
Imbécil.
-Cielo, porque no dejamos que el doctor te examine y se ocupe de todo ¿Vale?
Otra vez esa cara angelical a la que no podía resistirme… Di mi consentimiento y el Doctor Prescott- o eso ponía en su bata- me examinó con más cuidado del que esperaba en un principio.
-¿Cada cuánto son las contracciones?
-Cada 20 minutos- respondió Liam.
-Y duelen- puntualicé.
-Bien… volveré dentro de una hora para ver cómo va señora Payne, está de 3 centímetros así que necesita dilatar más. ¿Tiene un plan de parto?
-A estas alturas… lo que menos me duela y más rápido sea.
Era todo lo contrario a lo que yo había planeado… pero trata de tener un bebé sin morirte, gracias.
El médico sonrió y abandono la habitación.

4.36…PM

El médico ya había pasado a verme dos veces. Se negaba a darme medicación porque aún no estaba más que de 5 centímetros ¡Yo quería droga! Todo el tema de las contracciones empezaba a doler, y aunque aún eran demasiado infrecuentes y lo estaba llevando bastante bien, cuando una de ellas aparecía veía las estrellas. Literalmente, ya que en Londres a esas horas estaba completamente oscuro…
Niall por fin se dejó ver. Entró en la habitación con el carricoche por delante y provocando que Liam saltara del sillón que había en la habitación de un brinco. Me dedicó una sonrisa fugaz.
-Ya estoy aquí- dijo asfixiado- No creo que falte nada más por traer.
-Tío, ¿Dónde te habías metido?
-Localizar a todo el mundo no ha sido fácil, pero la mayoría ya están aquí. Y encontrar la fregona tampoco ha sido fácil… pero la foto de Instagram me ha quedado chula- rió, sabiendo que la broma me vendría bien- ¿Tú cómo estás Demi?
-Estoy empezando a tener muy claro que no quiero a este hombre- señalé a Liam- ni a su cosita rondando cerca de mí nunca más.
-Le duele- tradujo Liam, mirando la cara de perplejidad del rubio- Y lo de no acercarme…bueno, tengo la esperanza de que cambie de idea cuando vea a James y haga que se derrita.
-Suerte con eso tío- se apiadó Niall.
Sí, buena suerte con eso.
-Bueno, voy a la sala de espera, voy a dar el parte por si alguno quiere pasarse a saludar; les diré que entren bajo su propia responsabilidad.
Liam soltó una carcajada.
-No me voy a comer a nadie- dije remarcando cada palabra- Pero qué demonios, esto es un hospital, hay camas de sobra.
Una nueva contracción me hizo gritar desde donde no sabía que podía y tensar mi cuerpo con todas mis fuerzas.

~LIAM~

-Suerte con eso tío-se compadeció Niall.
Estaba seguro de que sería cosa de la situación, no podía estar hablando en serio cuando decía que no volvería a dejar que la tocara, seguro que todas las mujeres se comportaban así, y luego acababan teniendo siete hijos… bueno, quizá no siete pero, ¿No volver a tocarla?
Sonreí para mí mismo al pensar en las formas en que podría hacerla cambiar de opinión.
-Bueno, voy a la sala de espera, voy a dar el parte por si alguno quiere pasarse a saludar; les diré que entren bajo su propia responsabilidad.
No pude evitar reírme, Niall había dado en el clavo. No porque Demi pudiera dar miedo- que a veces también- sino porque verla así le partiría el alma a cualquiera.
-No me voy a comer a nadie- soltó Demi en un bufido- pero qué demonios, esto es un hospital, hay camas de sobra- hasta ella sabía que el pobre muchacho no andaba desencaminado.
Antes de poder imaginarme la situación en mi cabeza, Demi gritó más fuerte que las otras veces. Las contracciones se estaban volviendo más fuertes y me sentía impotente al saber que solo podía cogerle la mano. Si pudiera, pasaría todo este dolor para que ella no tuviese que sentirlo.
Me descalcé y salté delicadamente dentro de la cama para abrazarla. Acurruqué mi cabeza en su hombro y la dejé apretar mi mano hasta que fue calmándose poco a poco, sincronizando su respiración con la mía.
Niall salió de la habitación con cara de lástima, la misma que sabía que todos pondrían si le volvía a pasar mientras se acercaban a saludar.
- ¿Estás bien cielo, llamo al médico?
-No te preocupes ya se me ha pasado, pero ahora me duelen mucho más Liam.
Se me partía el corazón al verla así.
-Tranquila mi amor, pasará pronto.
Oí unos golpes en la puerta y me giré para descubrir a Colton en el umbral.
-¡Hey primita! ¿Cómo estás?- traía unos globos con él que dejó escapar en la habitación. Me reacomodé un poco mejor en la cama para recibirlo y lo saludé con un movimiento de cabeza.
-Acabas de perderte una contracción de las buenas.
-Es un chico malo como su primo.
Por Dios, no dejes que así sea.
Colton por fin alcanzo a Demi y la abrazó como pudo, depositando dos besos en sus mejillas. Llevaba una cazadora de cuero que dejó sobre el asiento que teníamos en la habitación y se arremangó el jersey para ponerse cómodo junto a su prima. Si James acababa pareciéndose a él, yo acabaría con varios ataques al corazón, o varias visitas a la cárcel. Ninguna opción me atraía.
-¿Qué te han dicho los médicos? ¿Has llamado a la tía?
-Aún le queda para rato- respondí, dejando que mi mujer descansara- y mi madre se ha encargado de llamar a la madre de Demi. Como su familia está en España supongo que vendrá el fin de semana.
-¿Y tú como estás tío?
-Preocupado por ella, verla así me parte el alma- era agradable que alguien se preocupara también por mí- Pasaremos por esto juntos.
Noté que la mano de mi esposa apretaba la mía unos segundos, dándome a entender que así estaba siendo. ¡Genial! La fase Liam no va a acercarse a mí nunca más ha pasado. La abracé desde el lado poniendo en gestos mis palabras.
-¡Este va a ser el último día que te veamos embarazada!
-¡Benditos vaqueros!- dijo Demi en un grito ahogado. Por la forma en que lo hizo, sé que estaba intentando esconder una contracción de su primo. Si mi reloj no iba mal, eso confirmaba que la distancia entre cada una se había reducido ya a la mitad.
-Oye… ¿Y Marina?
Sé que a Demi le había estado rondando esa pregunta desde que había visto a Colton entrar, y que le había costado soltarla. Si no fuera por todo el esfuerzo y lo que venía por delante, no hubiera parado de darle vueltas al asunto.
-No ha…no ha venido primita. Creo que se asustó, me dijo algo como que se había olvidado de un trabajo que tenía que hacer con los gemelos y que te felicitara o algo así; y ya no he sabido nada más de ella.
-Ya veo… al final sí que ha huido ¿eh?
Su sonrisa no consiguió engañarme, y probablemente tampoco a Colton, pero aún así sonreí jovialmente Mi Ángel.
Louis y Zayn aparecieron al mismo tiempo que mi móvil vibraba, los saludé con una sonrisa y cogí la llamada.

~DEMI~

-It’s my mum, I’m gonna pick her up, I’ll be back in a minute.
-Ok honey.
Me besó en los labios y se bajó de la cama, dejando un hueco frío muy desagradable que esperaba que volviera a llenar.
-You forget your shoes!- pero era tarde, ya se había perdido de vista.
Lo pensé un momento y sonreí, estaba tan concentrado en que todo saliera lo mejor posible para mí que se había dejado a sí mismo a un lado.
-Hi mummy!
Hi Louis!- sonreí como pude- Hi Zayn. What’s up guys? I’m just here you know, like usual, having a baby and that stuff.
Ambos se miraron entre sí.
-Wow Demi we were worried about you but it seems you are the same sarcastic girl so it’s fine- dijo Zayn mientras se acercaba a la cama.
Me incorporé y entendieron la indirecta cuando se acercaron a abrazarme.
-So what’s the plan?
-The plan? Let me see Louis, push push push and maybe finish with this before next year.
-Yes that would be nice- contestó- By next year the shoes I bought for him will be old-fashioned.
Sonreí y me quedé mirándolos, ¿Qué tramaban?
-¿Qué habéis apostado?- me aventuré a preguntar. Si de alguien me fiaba a parte de Liam, era de mi instinto de caza.
-Whaaaat? What?! Nothing, Demi, pff… no, what? Nothing.
-Great Louis you seemed so innocent.
-Están apostando cuando va a nacer el niño- cortó Colton.
-¡¿Qué?!
-La sala de espera es muy aburrida y… bueno, yo no he apostado.
-Él es el que más ha apostado- volvió a cortar mi primo.
-Si es que tío, tienes tatuada la palabra culpable por todos lados.
-Bueno, ¿Y cuáles son las apuestas?
-Yo creo que lo tendrás por la noche, entre las ocho y las nueve. Louis cree que lo tendrás a las diez y media en punto porque él es así y quería echar al traste sus posibilidades, y Harry creía que lo tendrías a las dos de la tarde, así que ya ha perdido.
-Chicos…- vi a Colton de reojo, por su aspecto, juraría que esperaba la bronca del siglo. He de admitir que sentía decepcionarlo- ¿A cuánto asciende la apuesta?
-4.000 libras.
Grité, pero no fue una contracción.
-Me apunto, y digo que no voy a tenerlo hoy.
Grité, esta vez por una contracción que me avisaba de que probablemente iba a perder, pero aún me negaba, inútilmente,  a que mi hijo fuera el cursi que había nacido el día de los enamorados.
-¿Se puede? ¿Estás bien?
Cuando paró, dos o tres minutos más tarde, pude dejar de retorcerme para ver a Conor, ya había reconocido su voz pero no había visto el enorme oso de peluche gigante que llevaba bajo el brazo.
-¡Vaya! ¿Puedo casarme contigo?- le saqué una sonrisa mientras yo intentaba recobrar el aliento. Cuando me abrazó creí que volvía a darme uno de esos insoportables dolores, pero solo era él, demasiado entusiasta.
-El oso te recordará que no es tan terrible, porque al menos James Daniel no tiene un lazo gigante.
-Y tardará 18 años en medir eso.
-Sí, bueno…eso también- rió.
-¿No tenéis un montón de cosas que ensayar y estáis ocupadísimos?- di un vistazo a la sala entera- Tú no Colton, tu sitio si está aquí.
Me miró y puso los ojos en blanco con esa sonrisa de medio lado tan típica suya.
-No, we are fine Demi, we are here for you so don’t worry.
-Yeah, all that he said- corroboró Conor, sonriendo.
Estaba muy feliz de que estuvieran allí, todos apoyándome, eran muy importantes para mí. Noté mis ojos vidriosos pero me negué a llorar; estaba segura que tendría todo el tiempo del mundo en las próximas horas.
-Hey guys, Am I missing a secret reunión? - Harry apareció por la puerta, parecía cansado.
-What the hell mate?
-Traffic jam, I’ve been running for like an hour now. So, are u still pregnant?
-Yeah Harry sorry, still fat and in pain.
Su risa sonó forzada, incómoda, como si supiera que había metido la pata.
-I’m not good with pregnant  ladies I suppose…
-Sorry guys, too much people here, you better leave her alone.
-No way you have to be kidding me!
Al parecer, había una enfermera detrás de Harry. Era tan alto que era imposible verla, mucho menos desde mi ángulo de visión.

8.50…PM
~LIAM~

-Voy a llamar a la enfermera.
Ya no podía soportarlo más. Demi lloraba, ahogaba sus gritos y sudaba por todos sus poros, hecha un ovillo envolviéndose a sí misma mientras aguantaba un dolor que, aunque nunca llegaría a sentir, solo viéndola sabía que era terrible.
Estaba junto a ella, abrazándola desde su espalda en un intento por calmar todo lo que sentía, por hacer que se sintiera segura aunque ahora mismo me sentía frustrado e impotente ante la situación. Varias horas atrás, cuando mi familia y todos nuestros amigos la habían visitado, parecía que no sería para tanto, pero ahora… que equivocado estaba.
Hice ademán de levantarme per ella me agarró fuertemente de la mano.
-No te vayas…
-Pero Demi, tengo que avisar al médico.
-Te necesito.
-Será solo un momento ¿Vale?
Maldita sea. Desde hacía un par de horas había estado usando el botón que avisa a las enfermeras, pero como “todavía no estaba preparada” habían decidido ignorarnos. La única manera era ir por mí mismo para conseguir que hicieran algo.
-Cielo, te prometo que volveré en un segundo, jamás te dejaría.
Cedió un momento y aflojó su mano, me agaché para besarla y salí de allí a paso ligero.
Por el camino me invadió en el estómago algo que no sabría describir con exactitud. ¿Mariposas? ¿Nervios? ¿La mala comida de la cafetería? Esa sensación me golpeaba fuerte. El futuro estaba a punto de hacerse presente, James estaba aquí. Parecía mentía, había tenido nueve meses para prepararme para ese momento, pero nada realmente me había preparado. Estoy listo, estoy listo, listo y feliz.
Cuando salí de mis pensamientos allí estaba Marina.
-Liam…
Me detuve y me quedé rígido de repente.
-No sabes por lo que ha pasado. No sabes por lo que ha pasado y no estabas aquí. Eres la madrina.
-Me asusté, soy una cobarde, lo sé, pero…
-No, a mí no me des explicaciones, no las necesito, pero no es a mí a quien se las debes. Demi está allí- dije señalando la habitación- Es un momento muy importante para nosotros, muy feliz que queríamos haber compartido contigo…
-Liam, lo siento.
-Aún estás a tiempo.
La dejé atrás y seguí mi camino. Sí, estaba decepcionado, y no creí poder olvidarlo jamás, pero también la entendía. Me giré y la vi sonreír en el umbral de la habitación un segundo, luego la perdí de vista cuando se acercó a Demi.
-Sorry, my wife’s on labor, my baby is coming, we need you.
-Are you sure?
-Yes, please.
-Ok let’s go.
La enfermera me sonrió. Para ella, otro niño llegaba al mundo. Para mí, un milagro que ya había cambiado mi vida.

11.59…PM
~DEMI~

Mientas los médicos se preparaban todo aquello pasó por mi cabeza como un flash, deteniéndose en el momento en que vi a Marina entrando por la puerta.

La vi, allí de pie mientras sus ojos se clavaban en mí con una disculpa en ellos. Ya no me importaba, estaba allí. Mi cuerpo me mandaba demasiadas señales, y no sabía a cual tendría tiempo de atender.
Me sonrió y se acercó.
-Te he traído una diadema, recuerdo que te quejaste de los pelos que tendrías con lo de empujar y eso… toma…
A pesar del torrente de dolor y sensaciones con el que tenía que cargar, noté en su tono de voz lo incómoda que estaba, como había llegado a decidir atreverse a venir. Por mí. Crucé mi mirada con ella.
-Gracias.
Supuse que ese pequeño gesto le había costado mucho.
-Estaré aquí- me dijo mientras me tendía la mano.

Cada segundo estaba convencida de que iba a desmayarme, y cada segundo me mantenía despierta, luchando por lo que estaba pasando. Estaba a punto de ver la cara de mi hijo, y jamás me lo perdonaría si no era capaz de hacer esto por él.
Esto era sin duda lo más difícil que había hecho nunca, y al mismo tiempo, lo que más fuerzas sacaba de mí. Aún así, el dolor era insoportable. Podía sentir como me desgarraba y no me dejaba casi ni respirar, y aunque parecía que el próximo minuto sería el último, jamás parecía parar. Estaba mareada, y todo parecía una neblina de imágenes que ocurrían muy lejos de mí.
No sabía cuánto más podría aguantar, pero siempre aguantaba un momento más.
Lo único que notaba, lo único que sabía que era real y a lo que podía agarrarme, era Liam. Su mano aguantaba firmemente la mía, transmitiéndome su fuerza. Él estaba ahí por mí. Estaría bloqueada, paralizada de no ser por él.
-Muy bien Demi, lo estás haciendo muy bien- repetía el médico- Estamos colocados, el niño viene perfectamente y necesito que empujes cuando yo te de la señal ¿Vale?
Yo solo quiero que esto acabe.
Sacudí mi cabeza, asintiendo como pude. Tomé aire preparada para lo inevitable.
Me aferré aún más a la mano de Liam y nuestras miradas se cruzaron unos segundos. Pese a su cara de preocupación y su ceño fruncido, en sus ojos solo podía verse felicidad. Esa felicidad me dio fuerzas.
-¡Ya Demi!
Apreté los dientes y tiré de mi misma todo lo que pude, sin poder contener el grito que lo acompañó. Empujé lo que pareció una eternidad, y me sentía desfallecer, sin más fuerzas con las que aguantar, pero aun así, conseguía sacar fuerzas de cualquier rincón. Si había un momento en que las necesitaba, era ahora.
-Vale, ahora quiero que descanses unos segundos y que hagas un último esfuerzo, lo estás haciendo muy bien, ya casi está aquí.
Intenté relajar mi cuerpo y tomé aire, aún en tensión.
-Demi, te quiero, eres perfecta y te admiro muchísimo. Tú puedes con esto y mucho más.
Las palabras de Liam derritieron lo que quedaba de mí.
-Te quiero- fue lo único que pude responderle.
-Vale Demi, ¿Preparada? Ahora.
Empujé con el resto de mis fuerzas y me relajé contra el colchón. La mano de Liam también se relajó. Me dejé ir y me olvidé de dónde estaba. Unos segundos después, que me parecieron años, oí un llanto. El llanto de mi hijo. Fue lo único que pude distinguir, estaba exhausta.
Levante la cabeza intentando orientarme hacia él, cuando vi al médico acercándose hacia mí, sosteniendo a James Daniel. Aquel era el momento más feliz de mi vida. Ya solo recordaba vagamente el dolor o todo el esfuerzo del que había necesitado hacer gala. Él ya estaba aquí. Había merecido la pena y lo haría de nuevo si fuera necesario, Él estaba aquí.
El médico me lo dejó en mis brazos y lo acurruqué junto a mi pecho, mirándolo por primera vez. La mayor de las felicidades invadió mi cuerpo, y me sentía a punto de explotar.
Se calmó cuando mis brazos lo acariciaron. Tenía una expresión afable que me recordó a Liam, era igual a él. Con unos ojos grandes ahora cerrados y una pequeña nariz. Bueno, todo en él era una miniatura. Su pelo era rubio y no podía distinguirle las cejas. Le acaricié su pequeño bracito, suave y perfecto, y reaccionó acercándose más a mí. Lo rodeé por la espalda y miré orgullosa a Liam.
-¿Quieres cogerlo?
Asintió con la cabeza, demasiado emocionado para contestar con palabras. Se acercó a mí y me besó; James Daniel parecía perderse entre los fuertes brazos de su padre.

~LIAM~

Todo era muy sobrecogedor.
Los médicos se reunieron en torno a Demi para prepararlo todo. Al parecer ya había dilatado lo suficiente y estaba a punto de dar a luz. Decídmelo a mí, yo he sido quien ha estado aquí con ella. Yo también me preparé, pero no sabía qué hacer o cómo actuar. Lo primero que me vino a la mente fue preparar la cámara. La cogí y la encendí Otra vez, pero no quise tenerla en la mano, no quería perderme nada de todo aquello y además Demi me necesitaba. La dejé en una de las mesas, dónde me pareció que grabaría mejor, y me olvidé de ella.
Aún no sabía cómo no me había dado un ataque de pánico, mi corazón iba a mil por hora, y casi notaba mis rodillas temblar. Me acerqué a Demi y la cogí de la mano. Ella apretó, y apretó, y apretó… no sabía que tuviera tanta fuerza, pero aún así no me hacía daño, no me apartaría de ella.
-Muy bien Demi, lo estás haciendo muy bien- le dijo el médico, animándola a seguir- Estamos colocados, el niño viene perfectamente y necesito que empujes cuando te de la señal ¿Vale?
La cogí con más firmeza, animándola yo también a seguir.
Mi corriente sanguíneo iba a toda velocidad, bombeando por todo mi cuerpo, con la adrenalina por las nubes sin intención de parar. Estaba emocionado, nervioso, feliz e inquieto. Me preocupaba mi mujer, pero si alguien podía, esa era Demi. Podía reconocer la fiereza y esa parte guerrera que nunca la abandonaba floreciendo en ella a cada segundo que pasaba. Era impresionante. De ser yo, ya me hubiera desmayado.
Ella era mi heroína.
Nuestras miradas se cruzaron y por un momento conecté con ella totalmente. Un torrente de amor por ella me invadió, como si fuera la primera vez que la veía, la primera vez que volvía a enamorarme de ella. Como la primera vez que lees tu libro favorito.
-¡Ya Demi!- gritó el doctor Prescott. Demi empujó y pude notar, por cómo temblaba y por cómo me apretaba la mano, que estaba dando todo su ser en el proceso. Era increíble. No pensé que pudiera estar jamás más enamorado de ella de lo que ya lo estaba, pero allí me descubrí, pensando lo contrario.
-Vale, ahora quiero que descanses unos segundos y que hagas un último esfuerzo, lo estás haciendo muy bien, ya casi está aquí.
Noté como el cuerpo de Demi se relajaba un segundo, aunque seguía tensa, expectante. Todo su cuerpo temblaba por el sobreesfuerzo y por la incesante lucha por no desfallecer. Me sentía muy orgulloso de ella.
-Demi, te quiero, eres perfecta y te admiro muchísimo- casi se me escapó- Tú puedes con todo esto y mucho más.
Lo dije sin pensar, simplemente salió, pero fue la cosa con más significado que había dicho en toda mi vida.
Vi cómo conectaba las palabras en su cabeza. Si no fuera por lo que había visto no lo creería, pero esta mujer no tenía límites.
-Te quiero- casi lo susurró, sin fuerzas para nada más.
Yo también te quiero.
-Vale Demi ¿preparada? Ahora.
Empujó con el resto de sus fuerzas.
Mientras la sujetaba con lo que quedaba de mi mano, giré la cabeza hacia el médico. Mi corazón dio un vuelco cuando pude ver una pequeña coronilla aparecer. Las lágrimas inundaron mis ojos, mi cara, y marcaron mi felicidad con un calor que jamás había experimentado.
Tras su cabeza, vinieron sus hombros, y luego salió disparado como una bala de cañón. El médico se apresuró a cortarle el cordón umbilical y a lavarlo con una toalla. Todavía estaba rojo por toda la sangre cuando me giré para ver a Demi, que parecía por fin en paz, relajada.
-5 pounds 15oz, 8 inches; a very healthy boy born on Febuary 15th , 00:03h.
Vaya, Demi se había salido con la suya. Aquellas palabras me llevaron al paraíso.
Ya era padre. ¡Ya soy padre! Ya éramos papá y mamá para alguien. El Doctor Prescott lo dejó en brazos de su mami y pude contemplar lo más bello del mundo. Él era un pequeño muñequito con cinco dedos en cada mano y cinco en cada pie, todo en miniatura. Bueno, no todo, mi hijo era todo un hombre. Estaba orgulloso de él por el mero hecho de existir.
Mi mente viajó a aquella vez que Demi y yo recorrimos por primera vez una tienda de juguetes, imaginando todo aquello que acababa de hacerse realidad en ese preciso momento.
Podía afirmar que era la persona más feliz sobre la faz de la tierra. Y verlo allí, a los dos… nada podía ser mejor.
Demi me miró y su sonrisa llenaba la habitación. Posiblemente muy parecida a la que yo estaría también luciendo.
-¿Quieres cogerlo?
Asentí con la cabeza, sin palabras debido a la emoción que sentía. ¡Aquel era el mejor día de mi vida!
Me acerqué a Demi y la besé, lo que en aquel momento sentía no se podía describir con palabras. Cogí a mi hijo por primera vez entre mis brazos y fue la mejor sensación del mundo. Estaba tan suave… Quiero a este pequeño trozo de cielo. Me quedé alucinado contemplándolo, era igual a Demi, con su pequeña naricita respingona y esos mofletes rosados, con todo el pelo rubio y esas pequeñas orejitas… ¡Voy a comérmelo como alguien no me detenga!
De repente se movió, como si algo en sus sueños lo hubiera sorprendido, y cogió mi dedo índice con su mano, encerrándolo con sus dedos sin alcanzar a cerrar el círculo. Fue lo mejor que me había pasado en la vida.
-Hola Jamie, bienvenido a la familia hijo.

Estaba tan clamado, durmiendo en mis brazos, en brazos de su papi…

3 comentarios:

  1. Bueno el principio como no, típica escena Diam: el padre de los nervios y a punto de sufrir un infarto y la madre tranquilamente terminando su desayuno, sí señor, no puede ser de otra manera por suerte está el Blon ahí por si resulta que al final los dos padres acaban hospitalizados oye xd

    Jajajajajajajaja momentazo negra oye!! Con la mano y todo NO FALLA!!

    Y me encanta tu reacción “No voy a tener al bebé… ¡Y deja ya la cámara!! Jajajaj me imagino el momento en video, tú dándole un manotazo al aparato y Liam grabándose a sí mismo después sacando la lengua y levantando el pulgar xDDD

    Así que doctor jove y guapo no? Así , para hacer todo más fácil claro que sí! Droga droga drogaaaaaaaaaaaa! Tío que experiencia en estas cosas yo no me entaraba ni de la mitad!

    No he entendido la broma de la fregona y el instagram con niall jajaj pero qué cruel! No dejas acercarse a tu propio marido!! xD

    Lo de las apuestas me mata xDDDDDD!! Que digo yo, con esos 4000 pounds ya puedes pagarle un año de uni a James Daniel! Jajajaj (ps: pobre Harry…)

    Y tío me decepcionaría hasta yo misma o.O que mala pinta!! Pero jamás haría eso joder… xD lo de la diadema sí, entiéndeme! Pero no desaparecería! Por mucha grima que le tenga a esto de los partos!

    JAMES JAMES JAMES ESTA AQUÍ!!! Dios mío 76 capítulos han hecho fatal tío! Pero por fin todo tiene sentido! :’’’’’’’) Qué bonito momento, está superbién descrito con sus dos papis a su lado, y todas las emociones es perfecto tía! Parece que resuma toda la historia que llevamos (excepto por mi parte tía xD) No entiendo mucho de pañales y mocos, pero I’ll try my best para seguir con la dulzura de este momento :))

    ResponderEliminar
  2. ya nunca vais a seguir con esta historia?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querid@ "anónimo" (;p),

      Creo que nunca es una palabra un poco grande, pero nuestras vidas ahora han dado un giro demasiado grande como para poder prestarle la atención que en mi opinión merece, y prefiero pausarlo antes que continuar con un nivel por debajo del que mi conciencia me permite dar.

      Aún así, ¿qué te ha parecido así? Para mí significó mucho escribirlo, le dí muchas vueltas porque sabía que, sino un gran parón, podría ser el final.

      Ps. Gracias por leernos, es genial que alguien dedique un poco de su tiempo a lo que tu has dedicado horas :) xx

      Eliminar