4ever Yours (51) That still small voice.

Ese “I’m fine” no me consolaba en absoluto. La cantidad de sangre y su palidez demostraban más bien lo contrario.
-What’s the number for emergencies?- dije entre sollozos y cogiendo el teléfono de la casa.
-Baby, please, don’t worry.- Él mismo se puso en pie y dejó el teléfono en su sitio. Fue andando lentamente hasta el baño, donde rebuscó en el botiquín.
-Zayn, no seas idiota, eso te lo tiene que mirar un médico.
-Vamos chicos, os acercaré al hospital.
Ninguno rechistamos, obedecimos inmediatamente y entramos en su coche policial.
La llegada no fue demasiado discreta, aunque tampoco montamos un numerito. Sabía que más temprano que tarde me arrepentiría de lo que estábamos haciendo. La inspectora nos despidió y se fue a su despacho a hacer unas llamadas.

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-Hola…- susurró Liam a su compañera de sábanas. Ambos permanecían abrazados. Había sido un sueño reparador, pero la realidad le golpeó cruelmente, haciendo que recordara todo lo que había sucedido, el acosador, el accidente, las cámaras…

Demi se movió a su lado, separándose un poco de él para mirarle a los ojos, tras una minuciosa inspección decidió que estaban descansados y le sonrió contenta.
-Hola.
La observó delicadamente, deteniéndose en los detalles, no se atrevió a confesarle que llevaba horas despierto solo viendo como dormía. Estiró sus miembros.
-¿Qué hora es? Oh mierda, había quedado con Zayn para ir a mirar los trajes…- dijo incorporándose.
-Mmm…- se quejó Demi.
-Tengo que ir o ¿Acaso quieres que vaya en chándal a la boda?
-Me da igual con tal de que vayas, pero Marina le tiene cierta fobia…
-Chándal entonces- sentenció haciendo reír a Demi.
Prepararon juntos el almuerzo. Tortitas y algo de café, pero los abrazos y besos robados en dicho proceso fueron mucho más deliciosos que la comida en sí.

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Afortunadamente, Zayn fue atendido de inmediato, nos hicieron pasar a una salita con todo lo necesario y un médico acudió en seguida. Inspeccionó la herida, para lo que tuvo que quitarle a Zayn la sudadera con la que se había envuelto el brazo.
No hizo apenas gestos mientras cosía los puntos de la herida.
-Bueno, esto ya está, chico.
Apenas diez minutos.
-Gracias.
-Supongo que no debo saber cómo te lo has hecho.
Zayn suspiró.
-Fui atacado en mi casa.
-No saldrá de aquí.- Aseguró el doctor mientras firmaba unos papeles y luego se los tendía.- Pásate la semana que viene. No salgáis por la puerta principal, hay muchos periodistas. Bajad al aparcamiento en el sótano, os pediré un taxi.
-Gracias.
No podía evitar sentirme culpable, no habíamos llegado hablarlo, pero tampoco quería admitirlo en voz alta, no serviría de nada, Zayn se enfadaría por pensar así, me diría que no tenía la culpa de nada y me tranquilizaría durante los instantes en los que estuviéramos abrazados ¿y luego? No, no quería cinco minutos de tranquilidad, quería la seguridad de que mis amigos iban a estar bien.
En la seguridad del taxi Zayn me miró fijamente, clavó su mirada en mí, no en mis ojos, en mi alma. Elevó mi rostro con su mano buena para que nuestros ojos se encontraran. Leyó de lo que esta le contaba, ni siquiera tuvo que esforzarse en traducirlo, todos mis sentimientos se presentaron ante él. Supongo que no supo qué decir, con el pulgar se dedicó a acariciar mi mejilla lentamente, fue entonces cuando descubrí que lloraba.
-No va a durar para siempre.
-Se acabará si me voy.- Giré mi rostro para evitar mirarle mientras pronunciaba esas palabras, dirigí mi vista a la ventanilla. Le cerré el libro de golpe.
-No, Marina, te seguirá donde vayas.
-Zayn, empezó cuando vine aquí, en España estábamos todos tan ricamente.
-No creo que sea la mejor solución, pero no voy a atarte a mí, si te quieres ir, adelante.
Estaba molesto, era la primera vez que uno de nuestros piques era algo más que una riña tonta. También él giró el rostro para mirar el paisaje.

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-Sé que no puedo acompañarte… dime al menos de qué marca va a ser.
-Nike o Adidas, aún no lo tenemos muy claro.- Demi le asestó un pequeño golpe en el hombro.- No te lo voy a decir, quiero que todo sea sorpresa.
-No va a cambiar mucho si me dices qué nombre va en la etiqueta.
-No.
-Org!! Malo!
La pareja paseaba por las calles de Londres rápidamente, no tardarían en ser identificados y seguidos por miles de chicas y periodistas. Aun así decidieron disfrutar del paseo, cogidos de la mano y un delicioso Starbucks en la otra. Liam soltó una carcajada ante un comentario de Demi mientras terminaban de cruzar un paso de peatones. Frenó en seco. Demi paró junto a él y le miró extrañada, dirigió su mirada hacia la dirección en la que estaba la del chico.
Acababan de ser descubiertos, puede que en esos mismos instantes la información con la calle y la situación exacta de dónde estaba la pareja ya habría sido conocida por miles de personas en el mundo.
-Internet cada vez me fascina más.- Comentó Demi mientras se acercaban las fans.
-No puedes subestimar su poder…
-Desde luego.
-Creo que voy a tener que hacer esperar a Zayn…

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Habíamos pasado varios minutos en silencio, algo que no ayudaba, pero nos habían permitido aclarar nuestras ideas.
-Dime lo que piensas.
-Ya lo he dicho.
Nuestras miradas volvieron a cruzarse.
-Yo pienso que no me siento a gusto- comencé- exponiéndoos a todos a algo así, además tampoco es definitivo que pueda quedarme aquí, si me quedase ¿cómo viviría? ¿A costa de los demás? No es justo que…
-Yo pienso- me cortó- que esta relación no va a ninguna parte si siempre te empeñas en ir por libre, “¿Qué haré YO? ¿cómo viviré YO? ¿a quién harán daño por MI culpa?” Me gustaría que alguna vez pensaras en ti y en mí como en nosotros ¿sabes? Porque me cansa esa actitud tan independiente. ¿Por qué te cuesta tanto aceptar mi ayuda?
No me esperaba en absoluto esa reflexión por su parte, intenté defenderme como pude.
-Pero Zayn, claro que la acepto, lo que pasa es que no quiero ser una carga para nadie, ¿entiendes? No se trata de independencia, se trata de valerme por mí misma.
-¡Ves! ¡Tú otra vez!
-¡Joder, Zayn! ¿A qué viene todo esto ahora?
-¿Cómo que ahora? ¿Desde cuándo tenías pensado volver a casa?
-¿Cuándo dije que mi estancia en Londres era algo definitivo?
-¿Y por qué mi opinión en ese tema no cuenta?
-¡Claro que cuenta!
Lanzó un resoplido con una sonrisa irónica en el rostro.
Nuestros tonos de voz se habían elevado sin darnos cuenta. El taxi efectuó una parada y no se trataba de un semáforo, mire por la ventanilla para comprobar que estábamos en el centro de Londres cerca de Oxford Street.
-Yo me bajo aquí, he quedado con Liam… Tú haz lo que quieras, para no perder costumbre…

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Finalmente la pareja había conseguido librarse de los paparazzis, Zayn les dio alcance en un par de pasos sin despedirse de Marina.
-Mornin.
-Hi Zayn.
-Hi boy how’s Marina?
-Better don’t talk.
-No!- Se sorprendió Demi. –A discussion?
-A serious argument, man?
La pareja se complementaba al hablar a la perfección, lo que no hizo que Zayn se sintiera mucho mejor.
-Let’s go, please. You coming, Demi?
-No, no… I just… I think that I’m gonna look for Marina.
-Good luck with that…- murmuró Zayn.
-See you later at home?- preguntó Demi.
-Mmm… probably not… you’ll be surprised- acompañó su comentario con un ligero movimiento de cejas- Goodbye honey…
Se acercó a ella lentamente, con sus manos en la cintura de la chica y posó sus labios levemente en los de ella, se entretuvo unos instantes y finalmente se separó. Se quedaron mirándose a los ojos, con las frentes juntas, Liam sonrió divertido, Demi no pudo evitar sonreír también encantada, le encantaba ver la mirada achinada de su chico cada vez que este se reía.
Volvieron a besarse y separarse, besarse y separarse, todo con sendas sonrisas. Harto como estaba, Zayn optó por tomar del brazo a Liam y tirar de él en dirección a las tiendas.
-Vamos, coño.
Demi se quedó sola en la esquina, riéndose con la estampa de su novio siendo arrastrado por su amigo. Se acordó entonces de la discusión de ambos y rebuscó en el bolso en busca de su móvil.
-¿Demi?
-Hola, Marina ¿cómo estás?
-Bien, ¿por?
-Zayn no dice eso…
-Dios mío ¿Ya te lo ha contado? ¿Pero cómo? Si no ha tenido tiempo de verte…
-Las noticias van más rápido de lo que crees.
-¿Qué te ha contado exactamente?
-Bueno, Zayn no es muy explícito…
-¿Lo del acosador o lo de la discusión?
-¡¿Cómo?! ¿El acosador otra vez? ¡Me siento desinformada! Tenemos que vernos, te espero en Covent Garden en media hora.
-Vale.

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-¿Iréis los cinco iguales?
-No lo sé…
-¿Cómo que no lo sabes?
-No lo sé, Liam, no lo hemos hablado aún.
Liam puso los ojos en blanco y negó con la cabeza, en ocasiones Zayn podía estar realmente insoportable, y aquella ocasión era uno de esos momentos. Se volvió hacia el espejo abrochándose los botones de los puños, la camisa blanca le gustaba, era clásica pero elegante, había descartado ya quince camisas diferentes, todas de tonos blancos-crema-beige. Aquella tenía el blanco perfecto.
-Esta me gusta.
Zayn permanecía con el hombro apoyado en el umbral de la puerta del probador, asintió con la cabeza.
-Aún no sé qué color de traje elegir.- De nuevo volvieron a la amplitud de la tienda, Liam señaló la camisa seleccionada. Los dependientes ya le habían preparado toda una colección de trajes a elegir.
-¿Negro?
-Sí, está muy visto pero la verdad es que me gusta mucho el corte de este… ¿Qué opinas del gris?
-También está bien…
-Zayn… recuérdame para qué has venido.
-Para ayudarte.
-Vale, pues empieza, joder.
-Lo siento tío, es que entre lo de Marina, lo del brazo…
-¿Qué brazo?

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-Así que la inspectora nos llevó en su coche al hospital, le pusieron unos puntos y salimos a escondidas en un taxi…
-Joder… joder…- Era la primera vez que Demi escuchaba toda mi historia sin interrumpir, lo que me decía que estaba realmente impresionada.
-Supongo que luego iré a ver otra vez a la inspectora, a ver si ha averiguado algo…
-Eso explica muchas cosas… pero no explica por qué Zayn y tú habéis discutido.
-Bueno…- bebí un sorbo del té helado que nos acababan de servir en uno de los mejores pubs del centro comercial y comencé a relatar la otra historia del día.

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-Total que le dije que hiciera lo que le diera la gana y bajé del taxi.
-Joder Zayn…
-Ya, estuvo mal, pero es que estoy harto, tío, porque… no, ni se te ocurra, es demasiado ancho, te quedará mejor algo más ajustado.
-¿Este?
-Sí mejor, al probador- los chicos iban indicando los trajes que Liam se probaría y aquellos que descartaban.
-Ya bueno, pero ponte un poco en su lugar, Zayn, si tú eres igual. En el grupo siempre vas a tu puta bola y no pides ayuda a nadie…
-Pero vosotros no sois mis novios, joder… ¿Bromeas, no te vas a probar este? Es precioso, tío.
-No me convence… Bueno, ¿y qué vas a hacer?
-Pues no lo sé.
-Deberíais hablarlo, te cedería encantado el plan que tengo esta noche con Demi, pero me ha salido por un ojo de la cara… como este traje ¡al probador!
-¿En serio? ¿Qué vais a hacer esta noche?

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-Ya veo… Vaya, es algo serio…
-Eso parece… y no sé qué hacer, no creo que se digne a pedir perdón.
-Ya, claro…
-¿Ya claro? Se supone que eres mi amiga, deberías decir que merece la muerte o algo.
-No es para tanto, en el fondo los dos tenéis razón y ninguno va a pedir perdón, pero lo solucionaréis si lo habláis.
-Supongo…
-Anda, vámonos de compras. Ya han puesto la nueva temporada en Topshop.
Marina sonrió, su amiga la conocía demasiado bien. Aunque resultara tremendamente superficial y tópico, las compras era algo que realmente las aliviaba… Menos en rebajas, entonces era un agobio importante.
-Me merezco un bolso…-comentó Demi mientras dejaban atrás la mesa.

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Zayn le hizo girarse una vez más mientras asentía prácticamente convencido, incluso notó como los dependientes gays de la tienda miraban más de la cuenta el trasero de su amigo.
-Yo creo que está claro.
-¿Seguro?
-Puedes probarte los demás, pero creo que este es perfecto.
Después de una hora y media en la tienda, Liam aún no estaba convencido, se miró al espejo, el traje era completamente negro con ciertos toques metálicos que lo hacían brillar en cada movimiento de brazos, incluso en los suspiros. Además se ajustaba perfectamente a cada forma de su cuerpo, tal y como le gustaba a su chica. Tenía los detalles de los botones en dorado, así como delicadísimo terciopelo en los bordes de la solapa de la chaqueta y los dobladillos de las mangas. Le daba un aspecto más maduro y más adulto.
-Me encanta.- Sonrió a Zayn.
-Bien… Bueno, comencemos con el chaleco, entonces- suspiró pensando en todo el tiempo que le costaba a Liam decidirse y se preguntó si terminarían antes de que la tienda cerrara.
-El chaleco lo tengo muy claro.
Zayn abrió mucho los ojos.
-¿En serio?
-Sí, será azul claro.- Su amigo hizo una mueca de desagrado- ¡Sí que pega!
-¿Con negro? Quedaría mejor con un traje blanco.
-Zayn, no me toques los cojones, va a ser azul.
-¿Puedo saber la razón?
Liam le lanzó la mirada de  “¿Acaso no es obvio?”, Zayn comprendió que Liam siempre decía que su color favorito era el azul del mismo tono que los ojos de Demi. Sonrió mientras su amigo salía del probador, comprendió que ambos compartían pequeños secretos que los demás integrantes de la banda no entendían: Harry o Niall jamás entenderían por qué Liam tenía ante sus ojos dos chalecos con un tono de azul prácticamente idéntico y sin embargo, el chico intentaba encontrar la diferencia.
-Eres un romántico.
Liam soltó una pequeña carcajada tímidamente.
Finalmente, abandonaron la tienda tras casi tres horas dentro, los empleados les dieron las gracias repetidamente, y se despidieron para volver pronto, no solo a recoger el traje ya arreglado y con las medidas adecuadas, Liam aún no había decidido si llevaría corbata o pajarita.

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Desgraciadamente, las chicas no habían encontrado muchas cosas que les agradaran por las tiendas de Covent Garden y se hacía tarde, era hora de comer. Así que buscaron algún restaurante agradable donde sentarse y descansar. Marina estaba de un mal humor especialmente hiriente, no solo por lo de Zayn, se le juntaba con el hecho de que los diseñadores habían decidido que la ropa de esa temporada sería horrible la miraras por donde la miraras.
-Marina, por dios, anímate, no es el fin del mundo.
-Todo es una mierda.
-Eres desesperante…
-¿Crees que… crees que Zayn y yo estamos realmente predestinados a estar juntos?
Marina sabía que si alguien podía responder a esa pregunta era Demi, fiel creyente en los cuentos de hadas y en los finales felices. La chica frunció el ceño concentrándose.
-Cielo, dudo sobre muchas cosas, qué tiempo hará mañana, de qué color serán los ojos de mi hijo… Pero jamás dudé por un momento que tú y Zayn sois la pareja perfecta el uno para el otro.
-¿Cómo puedes tenerlo tú más claro que yo?
-Igual tú novio no tiene por costumbre decirte lo que siente por ti, pero a mí sí que me lo dijo.
-¿En serio?
-Aha, el otro día.
Marina se quedó callada, pensativa.
-¿Sabes? Sí que me lo dice, el otro día me llevó por todo Londres y me dijo te quiero en 17 idiomas.
-Wow ¿Y cómo te permites dudarlo?- La chica se encogió de hombros- ¿Y él?
-¿Qué?
-¿Tiene motivos para dudarlo?
Marina de nuevo no supo contestar, aunque tenía muy clara la respuesta: Zayn sí tenía motivos para dudar de su amor por él ya que nunca hacía nada por demostrárselo, ni si quiera se lo había dicho con palabras…

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-Bueno, Zayn, gracias por todo, me voy a ir ya a preparar las cosas.
-De nada, Liam.- Le miró confundido mientras se levantaba de la mesa dónde habían comido- ¿Qué haces?
-Invito a la próxima ¿vale?
-Serás cabrón.
-Te quiero, Zayn. No me falles, haz lo que te he pedido.
-Que te den.
Zayn sacó la cartera y pagó religiosamente toda la comida.
Entonces no supo muy bien cómo actuar con Marina, por una parte tenía claro que no quería perderla, pero su parte insegura (que normalmente estaba dormida o muerta y resucitaba solo en ocasiones muy contadas) le decía que Marina no sentía lo mismo que él por ella. Suspiró y sacó el móvil, al menos, obedecería a Liam para que él sí pudiera tener una relación de cuento.
-Hi- dijo él.
-Hello- contestó ella, ninguno de los dos mostró el entusiasmo que en realidad sus voces escondían.
-Where are you? I think we need to talk.
-I’m with Demi at Covent Garden…
-So, can we meet?
-I was going to talk with Mrs Rush.- La mente de Zayn interpretó esa frase como una excusa.
-Ok, I don’t mind if you don’t wanna talk, I’ll tell you anyway.
-Zayn it’s not…
-Listen, please. I don’t know if you love me the way I do and…
-Of course I do!- la ignoró.
-… and… if you want this relationship to continue I think you should prove that you want it to.
-Zayn, please listen…- colgó.
Le mandó un sms a Liam resumiéndole la información. El camarero le trajo de vuelta la tarjeta de crédito, la guardó y salió del restaurante. Se sentía mal y no sabía explicarse a sí mismo por qué, su parte racional le decía que había actuado correctamente.
Se fue a gastar dinero, eso siempre le hacía sentirse mejor.

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Demi había despedido minutos antes a Marina quien había insistido en acudir a la inspectora Rush, también le había confesado la petición de Zayn, a lo que Demi no supo ayudarle, solo Marina sabría cómo demostrárselo.
Caminó tranquilamente con las bolsas con sus nuevas adquisiciones en la mano derecha, mientras con la otra comprobaba los mensajes de su teléfono, nada nuevo. Liam tampoco le había dejado muy claro cuándo volvería a casa ni si se verían allí, dudó sobre a dónde dirigirse, pero no tuvo mucho tiempo para analizar todas las opciones ya que un hombre se presentó ante ella con una educada sonrisa. La chica correspondió a la sonrisa, estaba en su naturaleza sonreír a los desconocidos.
-Good afternoon miss. Would you be so kind to come with me?
-What?- se asustó, a pesar del traje y el aspecto formal del hombre, no acostumbraba a desaparecer con desconocidos.
-Mister Payne just asked me to bring you somewhere.
-Oh!- “qué oportuno” pensó.- Let’s go, then.
Condujo a la chica hasta un elegante Jaguar negro, con cristales tintados. Demi se encontró con la ausencia de su novio dentro del vehículo, sin embargo, sí que había una parte de él, encontró un pequeño sobre en el asiento trasero, reconoció su nombre escrito con la infantil letra de Liam. Lo abrió con muchísimo cuidado.
Hi princess
I know you wanted to surprise me but I’ve been faster! Haha
That’s the way I have to say that I love you, that you’re so special to me and that I will never ever ever ever let you go!
Enjoy the night!
Liam XXX
No pudo evitar sonreír como una tonta durante el resto del viaje, no fue un trayecto muy largo, tras media hora el elegante Jaguar se paró y el conductor le abrió la puerta a Demi.

5+2

Llegué a casa tras dos horas perdidas por Londres, no conocía la dirección y me había montado repetidas veces en las líneas de metro equivocadas, finalmente opté por llamar a Harry quien me dijo la dirección y me mandó un taxi.
Me planté en la puerta de su casa dispuesta a arrastrarme lo que hiciera falta para hacerme perdonar, no había planeado nada, solo hablar. Toqué al timbre pero nadie me abrió. Empezábamos bien… Sabía por un tweet que estaba en casa: “Hi guys, it’s been such a hard day, just gonna chill at home  xx”
-Zayn, I’m so sorry baby, I really really am, please open the door and we can talk…- no hizo ningún ruido, no lo entendía ¿Qué sentido tendría no abrirme la puerta? Me lo imaginaba al otro lado de la puerta, apoyado en ésta esperando a que dijera algo que le hiciera cambiar de opinión, pero no sabía qué esperaba exactamente.- I don’t know what to say… I wish… I wish I could show you how much I love you, I wish I were the perfect girl for you… - las lágrimas comenzaron a asomar entre mis pestañas,  ya no veía con claridad y la oscuridad de la tarde londinense no ayudaba.- I don’t mind Zayn, if you want me to stay here all night to show you I love you I will ok? I don’t mind… I don’t mind…
Me senté en el portal dispuesta a esperar lo que hiciera falta hasta que Zayn se apiadara de mí. Apoyé mi espalda en la pared y me coloqué la chaqueta sobre mí intentando evitar el frío patéticamente.

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Demi seguía maravillada con el lugar, llevaba escasos segundos allí y estaba alucinando, dio varias vueltas sobre sí misma para terminar de creérselo. Las luces de colores decoraban una noche fresca, pero agradable.
Demi se adentró en la feria de las afueras de Londres, todas las atracciones estaban en marcha y sin embargo no había nadie paseando por allí. Continuó con su paseo preguntándose dónde encontraría a Liam, pero ¿acaso cabía duda? Liam estaría en el lugar más romántico y simbólico de todos: la noria.
La imponente atracción se alzaba al final del paseo, caminó alegremente entre saltitos y alegres zancadas. Llegó al lugar en el que pasaban todos los vagones de la noria. Esperó a encontrar a Liam en alguno de ellos y, sin embargo, no lo encontró en ninguno. Confundida miró a su alrededor: nada. Le desconcertaba su novio por primera vez en mucho tiempo, siempre había pensado que lo conocía lo suficientemente bien y, sin embargo, allí estaba ella, en busca de alguna explicación a todo aquello.
No encontró explicación, lo que encontró fue otro sobre del mismo tamaño y color que el  anterior, también con su nombre en uno de los vagones de la noria, subió a ese vagón y se centró en el asiento elegido, con el sobre entre sus manos. En aquella ocasión le sorprendió con una foto de ellos. La reconoció al instante, solo se veían sus dos caras muy juntas, típica foto hecha por ellos mismos, en un autobús turístico italiano en la Toscana, el sol se reflejaba en sus ojos y alegraba aún más sus rostros. Aquel fue el primer día de una casi perfecta semana en Italia, no eran más que unos críos y sin embargo ya empezaron a mostrar unos sentimientos que durarían hasta ahora… y para siempre.
En el reverso de la fotografía Demi encontró un símbolo, lo miró largamente acariciándolo con los pulgares, lo pensó largamente y entendió que tenía un doble significado. Por un lado era un ocho, número favorito de Liam por motivos que algún día le gustaría descubrir y, por otro, era el símbolo de infinito. Para siempre.
Suspiró profundamente e intentó no mirar las vistas, podrían ser maravillosas en aquella hora y en aquel punto de Londres, pero no se atrevía a mirar. No estaba segura de si padecía de vértigo pero prefirió no arriesgarse.

5+2

Zayn acababa de terminar todas sus compras acabó con cinco bolsas en cada mano, pero ese sentimiento de incomodidad seguía estando ahí, algo no iba bien en su vida. Decidió coger el metro, era tarde y no encontraría a mucha gente en él transporte público a esas horas.
Al entrar a la estación de metro, algo le dejó petrificado, normalmente no se fijaba en la prensa publicista de los periódicos gratuitos, sin embargo, en aquella ocasión, su nombre estaba en la portada, pero no sólo el suyo… “Zayn Malik and Harry’s cousin share more than just a friendship relationship?” La fotografía que aparecía bajo de aquel titular era una de aquella misma mañana al llegar al hospital de madrugada, se veía él entrando en el hospital con el brazo enrollado en su propia sudadera y Marina justo detrás de él con la cabeza gacha y una mano en la boca con gesto preocupado. Prefirió no leer el resto del artículo. Cogió el metro en seguida en dirección a su casa, no quería pensar en nada en aquel momento, quería ignorar sus problemas hasta el límite.

5+2

La noria se paró justo cuando Demi se encontraba en el punto más bajo de esta, cerca de la entrada, de nuevo una sonrisa iluminó su rostro, había alguien ahí. Era inconfundible, a pesar de que no veía su rostro, era claramente él. Su estilo lo definía a la perfección, sus botas de cuero con los vaqueros por dentro, su elegante trenca marrón oscuro y sus ojos, tan solo podía ver sus ojos, aquellos ojos la hipnotizaron, estaban entornados hasta el punto de achinarse cómo tanto le encantaba a Demi. Un enorme ramo de rosas le tapaba el rostro y todo el pecho.
-¡Estás loco!- se rió Demi.
Él se unió a la carcajada, sentándose con ella en el mismo vagón.
-Por ti.
Depositó el ramo en sus manos y tomó su rostro entre sus manos, juntó sus labios sin pedir permiso con la mirada, algo que normalmente acostumbraba como buen caballero, pero en esa ocasión estaba demasiado nervioso, no estaba acostumbrado a hacer aquellas locuras.
La noria volvió a girar, Liam pasó un brazo por los hombros de Demi acercándola mucho a él y dándole continuos besos en la frente y el pelo, a la vez que frotaba el brazo de su chica para evitar que esta notara frío, aunque nada más lejos de la realidad, Demi no podía pensar para nada en el tiempo.
-¿Por qué has hecho esto?
-¿Acaso necesitas un motivo? ¿Te ha comido la cabeza Marina?
-En absoluto. Pero, Liam, esto es una locura ¡no hay nadie en el parque!
-Lo sé… quería que disfrutáramos sin la presión de… bueno, sin presión, nos lo merecemos.
-Te lo mereces, sobretodo tú, Liam, has estado muy estresado últimamente.
-No quiero pensar en eso…
-Ni yo.- Se juntaron más.
-Mira…
Demi se atrevió por fin, a petición de Liam, a mirar a su alrededor. Él le transmitía una seguridad que nunca antes había sentido, estaba en casa, estaba protegida. No se arrepintió, las vistas de un Londres nocturno la saludaron titilantes e imponentes, la belleza de aquella estampa y la compañía la conmovieron hasta el límite de las lágrimas, pero no las dejó salir, era un momento demasiado feliz, ni siquiera lágrimas de felicidad eran apropiadas.
-Gracias por esto, Liam.
-Mira- señaló al cielo- esa es mi estrella.
-¿Cuál?
Miró al cielo en busca de la estrella que ella misma le había regalado, pero no supo reconocerla, volvió a mirar a Liam interrogante, pero este ya no miraba al cielo, la miraba a ella, su rostro estaba demasiado cerca, Demi notaba el aliento helado que el chico desprendía y notó como su propio aire que exhalaba acariciaba la piel del chico. Sus labios estaban inmóviles, tranquilos y pacientes. Se centró en sus ojos, ese aspecto triste jamás desaparecía, y eso la enternecía. La inmensidad de aquellos ojos prometía un espacio mil veces mayor que el cielo que ahora les cubría. Pudo ver en ellos todas las bondades que Liam guardaba, sus preocupaciones, sus miedos, pero sobretodo sus sentimientos hacia ella.
Esta vez fue ella quien juntó los labios con los de él, intentando demostrarle así que le encantaba bucear en aquella inmensidad, un espacio que no siempre estaba abierto al público, ya que el propio Liam decidía a quién lo mostraba y a quién no. Demi se sintió afortunada.

5+2

Llegué finalmente a mi casa, miré la hora en mi reloj, la 1:30, en metro había tardado más, pero había evitado a la prensa y demás. Para ello también había twiteado que me encontraba en casa descansando, de modo que así nadie me buscaría por las tiendas.
Saqué las llaves del bolsillo conforme me iba acercando. No quedaba luz en los alrededores, así que anduve con cuidado. Frené en seco cuando la vi.
-¿Qué estás haciendo?- pregunté enfadado, con ella, pero sobre todo conmigo. Levantó la cabeza para mirarme, con la poca luz que quedaba vi sus ojos llorosos e hinchados.